Se hizo de rogar, pero casi tres meses después, Asturias vuelve a festejar dos victorias en el fútbol profesional el mismo fin de semana. Lo hace, además, en una jornada muy importante para el devenir de la clasificación. El Sporting logró aprovechar el empate entre Rayo y Leganés para aumentar su colchó respecto al séptimo clasificado. En un partido muy apretado y disputado, los de Gallego supieron sufrir y llevarse el triunfo frente a un Lugo prácticamente sentenciado.
El Real Oviedo, por su parte, también dio un golpe encima de la mesa con la mirada puesta en la salvación. Los azules doblegaron al Sabadell en el Carlos Tartiere en un encuentro que supieron interpretar mucho mejor que su rival. Rodri, a quien Ziganda dio la oportunidad, se reivindicó con un tanto y una participación decisiva en el segundo. Tres puntos que saben muy bien de cara a poder lograr la tranquilidad absoluta el próximo lunes ante el Málaga.
Un balón de oxígeno a 4km de meta
- Necesidad de ganar: El Sporting llegaba a esa pancarta que marca 5 kilómetros a meta exigido. La goleada del Girona en Logroño le demandaba ganar en términos clasificatorios para, además, aprovechar el empate de Vallecas. Anímica y futbolísticamente el equipo necesitaba un refrendo a la mejoría mostrada y que no se valoró de Zaragoza y Leganés. Además estamos en un tramo de la temporada en el que importan resultados y sensaciones por encima del juego desplegado. Por eso la necesidad de ganar el encuentro con la presión añadida de jugar el último y el lograr ganar teniendo sensaciones positivas, aunque éstas vengan más en el plano defensivo.
- Partido prototípico del Sporting: Porque entre la afición estaba empezando el cisma entre el ‘Galleguismo’ y el digamos descontento con el técnico de Sùria. Unos que si el equipo juega que es una tortura verlo y otros que se centran solo en el discurso del técnico (por cierto, ese que tiene al vestuario enchufado y convencido de poder ascender). Al final el partido fue lo mismo que los últimos meses con ciertas mejorías sobre todo en actitudes individuales. La diferencia es que ahora Djuka no es el de esta temporada y sí más el de las anteriores, sumando cinco jornadas sin ver puerta. El 1-0 que tantas veces se ha visto en el marcador de El Molinón.
- Bogdan y Gaspar se reivindican: Lo que si hizo Gallego fue meter dos novedades en el once. La de Bogdan fue casi obligada porque como el mismo dijo tras el partido, Guille Rosas no estaba en disposición de afrontar el encuentro al 100%. Nadie duda que de haber sido así el gijonés habría jugado. Pero el ucraniano se reivindicó con uno de sus mejores partidos en el primer equipo y hasta dio una asistencia a Gaspar, la otra novedad, para que marcase. El canterano sigue pidiendo más minutos y ayer logró su tercer gol del curso. Por cierto, los tres anotados en la misma portería.
- Una ‘final’ menos final: Además para lo que sirve la victoria ante el Lugo es para volver a coger oxígeno. Un balón a cuatro kilómetros de meta que permite una leve ‘pájara’ en el sprint final. Con tres puntos más golaveraje a favor, el Sporting se puede permitir pinchar en un partido más de lo que haga el Rayo Vallecano en sus partidos. De esta forma el encuentro del próximo lunes en Montilivi que sigue siendo extremadamente importante, rebaja un poco ese nivel de riesgo. Sea en ese partido o en otro, el cuadro gijonés puede permitirse ese lujo de poder especular con la clasificación al menos durante una jornada.
El Oviedo respira
- Vale oro. Uno de esos triunfos calificados como ‘de más de tres puntos’. Porque el Real Oviedo no afrontó el domingo un partido cualquiera. Se trataba de la opción de calmarse, al menos en buena parte, de cara al tramo final de la temporada. Los azules supieron volver a jugar esta clase de partidos que dejan muy buen sabor de boca. Aunque el Sabadell se adueñó del balón, la efectividad cayó del lado carbayón, que en dos zarpazos dejó la permanencia prácticamente hecha. Un choque, podríamos decir, de siete puntos. Los tres que sumas, los tres que deja de sumar un rival directo y, además, la diferencia de goles particular.
- El segundo gol. Con el Oviedo por delante en el marcador, y sin que el Sabadell apenas inquietase la portería de Femenías, los catalanes se encontraron con un gol, un auténtico golazo, de Óscar Rubio con el que nadie contaba. Los viejos fantasmas parecían merodear el ambiente que se estaba viviendo en el Tartiere. Pero, a diferencia de otras muchas veces, esta vez fue el conjunto de Ziganda el que sentenció a su rival con una rápida respuesta en forma de tanto. Rodri, que había marcado el primero, se fabricó una buena jugada que, tras estrellarse en el palo, Nahuel acabó empujando a la red. Quizás este fue el momento que decantó el partido.
- El Oviedo resiste. Con el marcador a favor, y en una segunda parte que arrancó con dos intervenciones magistrales de Mackay, al cuadro asturiano le iba a tocar sufrir. Pero los de Ziganda supieron llevar el partido a donde les convenía y apenas tuvieron sustos a lo largo de todo el segundo tiempo. El Sabadell, dueño del balón, no lograba profundizar y desequilibrar a una defensa, la del Oviedo, que se mostró muy segura. Tan solo en el tramo final, en un cabezazo de Guruzeta que Femenías envió a la esquina, el Sabadell rozó el empate. Una acción en la que, por cierto, hay falta del atacante visitante sobre Christian Fernández.
- Nombres propios. La victoria del Real Oviedo ante el Sabadell también significó la reactivación de Rodri. El delantero oviedista anotó el primer gol y tuvo una aportación decisiva en el segundo. Dos acciones que seguro le darán confianza de cara a estos últimos cuatro partidos. Encuentros en los que Jimmy podría ser otro de los elegidos para saltar al césped de inicio. En Almería cuajó un partido sobresaliente; ante el Sabadell, también. Siempre fue una solución para los suyos y, además, se apuntó una asistencia, la del primer gol. En la parte de atrás, al margen del gran partido de los dos centrales, Femenías volvió a salvar al equipo en la acción ya comentada ante Guruzeta. Una parada que bien puede valer una salvación.