El entrenador del Lugo, Rubén Albés, aseguró que, más allá de lo futbolístico, el partido ante el Mirandés (2-1), lo ganó su equipo «por corazón» y por la afición que acudió por primera vez al Anxo Carro esta temporada.
El cuadro albivermello remontó en su duelo ante el Mirandés con dos penaltis en los cinco últimos minutos del partido, ambos sobre el delantero Chris Ramos, que acababa de entrar en el campo.
«El resumen es muy corto y breve: se ha ganado por corazón y por gente. Por el corazón que le han puesto los futbolistas y porque he flipado con el público. Perdiendo o empatando, la gente animando en cada acción. Eso no lo veía yo. Creía la gente. La emoción ha ganado el partido. Hablar de lo táctico-técnico no tiene sentido; ha ganado el corazón», indicó.
En una rueda de prensa telemática, señaló que «la liberación de los jugadores se ha visto a través de las cámaras de televisión y ha sido muy emocionante».
«Hablábamos en la previa de noche mágica y creo que hemos conectado y ha sido mágico», sostuvo Albés, quien reconoció que «la afición incluso creyó más» que el equipo en algunos «momentos».
Sobre la polémica del partido, con tres penaltis, uno anulado por el VAR y dos que se ejecutaron y subieron al marcador, afirmó que en el campo los «protestó todos» pero sin verlos.
«Me dicen que el primero no era y los dos siguientes sí, así que entiendo que el árbitro ha acertado», aseguró.
El Lugo cortó así una racha de dieciséis jornadas consecutivas sin ganar y se reenganchó a la lucha por la permanencia cuando ya se veía con pie y medio en la categoría de bronce.
«El vestuario está con la sensación de haberse quitado un gran peso de encima y estamos reforzados. Es una tarde-noche para que disfruten, se relajen, lo compartan juntos, como equipo», afirmó.