Jornada agridulce para el fútbol profesional asturiano. La cara de la moneda la puso el Real Oviedo con un triunfo frente al Málaga que bien vale una salvación. Los azules, con un golazo de Lucas Ahijado, doblegaron al equipo de Pellicer en un encuentro donde no pasó mucho más. La victoria deja al equipo de Ziganda en la décima posición con cincuenta puntos antes de visitar al Rayo Vallecano. Una visita, la de Vallecas, a la que los asturianos podrían llegar salvados matemáticamente en función de otros resultados.
La cruz fue para el Sporting en su visita a Montilivi. Los rojiblancos, eso sí, aún dependen de sí mismos para entrar en las posiciones que dan acceso a la disputa del playoff. En un encuentro con polémica, los de Gallego cedieron la derrota en una acción a balón parado en el tramo final del primer acto. La tabla se aprieta en la parte de arriba, donde los gijoneses empatan a puntos con el Rayo Vallecano, próximo rival del Oviedo.
Sin margen de error
- Una cuestión de mala suerte. El partido frente al Girona fue un adelanto del play-off. Fue como el que disputaron frente al Espanyol a finales de febrero, el de Vallecas a final de marzo o Leganés solo dos semanas atrás. Un partido cerrado, con momentos para ambos equipos y decidido en una acción de mala fortuna y cierta polémica. Hay que acostumbrarse a que, si se entra en el play-off, los partidos que lleguen van a ser así. Esta vez, la moneda no fue cara porque el balón quiso ir a la bota de Juanpe en el rechace de Mariño y la definición de Aitor García, que en otras 9 ocasiones de 10 intentos hubiese sido gol, no cayó 10 centímetros más a tiempo. No hay que buscar más explicaciones al resultado.
- Mejoría en el juego. No en ocasiones. Porque en lo que fue el juego durante el partido, el Girona no mostró nada que le hiciese claro vencedor del partido. Aprovechó algo en lo que se han convertido en un conjunto muy temible como es el balón parado con dos lanzadores de otra categoría y que ponen el balón casi donde quieren, además de al menos 6 jugadores que están muy por encima de la media de la categoría en cuanto a crear peligro a balón parado. Es su gran arma y ayer supieron aprovecharla ante un Sporting que dejó una notoria mejoría en el juego respecto a últimos partidos; especialmente frente al que logró derrotar al Lugo.
- La plantilla corta se nota. Donde sí se notó que el los de David Gallego dejan dudas es en la competitividad de la plantilla. Desde septiembre se sabe que ésta es muy corta y que además el entrenador no cuenta con todos los jugadores. Cuando te enfrentas a un partido como el de este lunes con cuatro bajas y de la convocatoria de 20 hombres solo cuentas con 13 ó 14, esto pesa. Y más que va a pesar en los próximos encuentros, pero el equipo debe saber reponerse para pelear por ese objetivo que permita estar dentro de un mes peleando por un ascenso.
- El lujo de depender de sí mismo. El pasado domingo Pacheta salía a rueda de prensa tras perder con el Huesca en casi de total algarabía porque en el vestuario la frase que se repetía una y otra vez era que dependían de sí mismos en la última jornada. El Sporting debe grabarse esto A FUEGO. Desde el momento que el partido de Montilivi finalizó no cabe otro pensamiento. Quedan 3 partidos que requerirán de un esfuerzo mayúsculo para alcanzar ese play-off. Pero 3 partidos en los que dependerá de sí mismo. Son días en los que Gallego debe ser más motivador antes que entrenador.
Lucas pone al Oviedo a 50
- Una primera parte para olvidar. El partido no pedía volverse demasiado loco para buscar la victoria. Tanto Oviedo como Málaga sabían que el triunfo podría estar en una acción aislada, por lo que ninguno decidió correr demasiados riesgos. Con Tejera y Nieto sobre el césped y Lucas Ahijado en la parte izquierda, no serán muchos los aficionados que recuerden el primer acto del encuentro del lunes en el Tartiere. Un ritmo lento, cansino en ocasiones y en el que solo Rodri, con dos disparos, inquietó la meta rival.
- Decide una genialidad. El paso por vestuarios condujo a una versión algo más alegre del Real Oviedo. Los azules salieron decididos a buscar el tanto que les diese el partido. Eso sí, no se puede hablar, ni mucho menos, de un acoso y derribo sobre la portería de Dani Barrio. Pero sí se pudo apreciar que el equipo lo buscaba. Primero fue Nieto, y pasado el cuarto de hora, en un balón suelto en la frontal, Lucas soltó un misil que se coló por la escuadra. La reacción de Christian Fernández, que estaba a su lado, lo dice todo. Un golazo del canterano para completar un partido sensacional en lo particular. El gol de los 50 puntos.
- Ziganda. Con la salvación virtual, no matemática aún, la rueda de prensa posterior al partido se antojaba interesante. Sobre todo, por conocer algún detalle sobre la continuidad del navarro al frente del banquillo carbayón. La pregunta llegó, y el técnico lo explicó de la siguiente forma: «la decisión siempre es del club. Me hacen gracia los entrenadores que ponen condiciones. Si el club tiene ganas, el entrenador normalmente se queda. Depende del club. Si el club no quiere, difícilmente se puede quedar el entrenador». A partir de esto, cada uno puede sacar sus propias conclusiones. La mía, en particular, es clara. Que el club pueda darle un proyecto de garantías a un entrenador que ha demostrado méritos más que suficientes para continuar al frente de la nave.
- Tiempo para pensar. Pero no solo es tiempo para pensar en el futuro de Ziganda al frente del carbayón, sino que también toca empezar a confeccionar la plantilla de la próxima temporada. Los cincuenta puntos permiten al Oviedo obtener la tranquilidad en el plano clasificatorio. Por ello, los azules tienen ante sí semanas para meditar y analizar dónde han estado los principales errores de la temporada y lograr corregirlos de cara a la siguiente campaña.