El futuro de Alberto Solís (Tomares, Sevilla, 1 de enero de 1998) está lejos del Celta desde el momento en el que el filial celeste cayó apeado de la promoción de ascenso. Con contrato hasta 2023, el club puede ‘romper’ el vínculo que les une antes del 30 de junio quedando libre el jugador. De no hacerlo, Solís pasaría a formar parte de la primera plantilla celtiña. Pero esto parece poco probable, ya que Coudet no cuenta con él.
En esa situación es donde en A Sede deben tomar una decisión con el sevillano. Sus 5 goles y otras tantas asistencias en 18 partidos hacen que el Celta no quiera, aún, dejarle ir libre sin esperar a ver que puede ofrecer en el fútbol profesional. De ahí que en Vigo se debatan entre las dos opciones: dejarle ir libre o respetar ese contrato pero no hacerle aún ficha, sino cederle a Segunda División donde pueda demostrar su valía.
E interesados no han tardado en aparecer. Los dos primeros, los dos conjuntos canarios. Tanto CD Tenerife como UD Las Palmas se han interesado por Solís para reforzar su medular con el sevillano. Un jugador capaz de jugar en el centro del campo con clara vocación ofensiva o más adelantado, por detrás de un punta o incluso partiendo de un costado. Con un golpeo de balón excelente, puede ser un arma letal en lanzamientos lejanos en jugada y a balón parado.