El CD Leganés confirmó este pasado domingo que le tocará competir un curso más en Segunda División. La pérdida, de forma clara y contundente, de la semifinal del play-off de ascenso con el Rayo provoca eso y, adicionalmente, un cambio muy grande en la plantilla pepinera para el próximo curso. Muchos jugadores, bien por fin de contrato o por fin de cesión, dejarán de competir con el Leganés. Algo que afecta a varios equipos como son, entre otros, Osasuna y Getafe.
Los rojillos y los azulones tenían cedido en el Leganés a Rober Ibáñez, Brandon Thomas e Ignasi Miquel. Ambos, en caso de ascenso, pasarían a ser propiedad del cuadro blanquiazul. Pero al no haber ascenso, el Leganés no ejecutará esas cláusulas de compra. Unas opciones que ascendían a 2 millones de euros en el caso del extremo valenciano y el punta balear; y a 4 millones en el caso del central.
Además, la mitad del importe de la cláusula de Rober Ibáñez también iría para los azulones, que ven como se quedan sin cobrar un total de 5 millones de euros que, en las circunstancias actuales, les hubieran venido muy bien. Menor es el impacto para Osasuna que solo se queda sin 3 millones de euros. En cualquier caso, un contratiempo económico para ambos y, viéndolo por la parte pepinera una carga menos que soportar en Butarque de cara a reconstruir su plantilla para volver a intentar el ascenso el curso que viene.