Aunque suene a tópico, la vida es tan efímera que nunca podemos dar nada por sentado. El hecho de tener la fortuna de vivir el ahora, no te garantiza de forma categórica que vaya a ser siempre así. Del mismo modo que hoy estás, puede ser que mañana ya no.
Cerca de las 18:45h de la tarde de ayer, el mundo del fútbol y del deporte en general se paralizó por lo ocurrido en el Parken Stadion. Al filo del descanso, Christian Eriksen caía desplomado sobre el césped, dando inicio a cerca de 20 minutos que cortaron la respiración de todo aquel que estuviese viendo el encuentro. Lo que se presuponía como un día de fiesta, para celebrar el debut de la selección danesa en la EURO 2020, se tornó en un drama en el que el fútbol pasó a ocupar un lugar absolutamente irrelevante.
Las imágenes que se veían sobre el césped, evocaron irremediablemente los recuerdos de algunas tragedias ocurridas sobre un campo de fútbol. Sin embargo, en esos eternos 20 minutos, algunos profesionales sentaron cátedra sobre cómo actuar en una situación así. Por desgracia, no todos.
El primer gran premio de esta Eurocopa, se lo llevaron de forma indiscutible las asistencias médicas. Su rápida y efectiva intervención permitieron reanimar al futbolista sobre el terreno de juego. Cuando el corazón de millones de personas se encontraba sobrecogido, ellos trabajaron para que el de Eriksen siguiese latiendo. Una intervención, que según han afirmado diversos expertos en la medicina alrededor de todo el mundo, salvó la vida del danés.
La segunda victoria de la tarde de ayer se la adjudicó la afición presente en el estadio. Ante una situación que nadie quiere vivir cuando va a un campo de fútbol, a pesar de lo complicado de la circunstancia, actuaron con máximo respeto en todo momento. Ambas aficiones se unieron para corear al unísono el nombre de Eriksen, recordando por qué el fútbol es conocido como the beautiful game.
Por último, y no menos importante, los otros grandes héroes de la tarde fueron los propios futbolistas. Conviene hacer una mención especial a Simon Kjaer, que demostró que ser capitán va mucho más allá de llevar un brazalete. Fue el primero en atender a Christian en el terreno de juego antes de que llegasen las asistencias, evitando que se tragase la lengua, y consoló uno por uno a sus compañeros. Otro de los nombres a destacar fue Thomas Delaney. El centrocampista, tan afectado como los demás, tuvo la lucidez suficiente para pedir a sus compañeros realizar un cordón delante de Eriksen, con el objetivo de que las cámaras no captasen imágenes innecesarias. Algo que, desgraciadamente, acabó ocurriendo.
Y es que si algo no estuvo a la altura de la situación, fue la forma de comunicarlo. La televisión, la prensa, y los medios en general, tenían ante sí una oportunidad de mostrar la solidez de la deontología periodística. Nada más lejos de la realidad.
Desafortunada en primer lugar la realización de la UEFA, que buscó desde el primer momento el plano más cercano de un Eriksen que se hallaba inconsciente en el suelo, a pesar de los intentos de sus compañeros de que eso no ocurriera. Si se puede emitir un punto ciego cuando un espontáneo salta al campo, ¿por qué no en una situación así? ¿Por qué nadie pensó en los familiares del futbolista que tuvieron que ver en vivo los grotescos detalles sin siquiera saber que le había pasado? ¿De verdad era necesario enfocar en varias ocasiones a su mujer desconsolada ante la incertidumbre?
Cuando Anthony Taylor puso cordura al suspender el encuentro y se cortó la emisión, los medios tomaron el relevo de lo dantesco. A la espera de noticias que actualizasen el estado de salud de Eriksen, la cadena encargada de retransmitir la Eurocopa, puso en bucle las imágenes del danés desplomándose. Incluso algunos periodistas internacionales mostraron su estupefacción sobre este hecho. Porque sí, al estudiar periodismo te hablan de la importancia de la audiencia. Pero también de la importancia de la ética y los valores que separan el periodismo del sensacionalismo. Una línea que ayer fue sobrepasada, dejando en un pobre lugar a la que se supone que debe ser la herramienta comunicativa más importante de la sociedad.
Sin embargo, poco de esto importa ya. Tan solo un día después del comienzo de la EURO 2020, Christian Eriksen ya la ha ganado. La ha ganado en vida. En una segunda oportunidad que otros muchos no han tenido. En forma de una nueva vida que, ya sea dentro o fuera de los terrenos de juego, vivirá siendo plenamente consciente de lo que es realmente importante.
Porque ayer no solo ganó Eriksen. Ganó el fútbol, el deporte y todos los que ayer asistimos sobrecogidos a las duras imágenes. Porque desde el cariño, la prudencia y el respeto, absolutamente todos estamos con Christian.
Por @diegoaguado97