Este viernes por la tarde, en horario de buena mañana en Boston, Brad Stevens se estrenaba en su puesto con un traspaso que ha pillado a propios y extraños a contrapié. Un traspaso deseado, arriesgado y de interesante contenido, con el que el directivo de Indiana se presentaba como Juan sin miedo, retando a fantasmas, remilgos y telarañas de la vetusta franquicia verde.
El relevo en las oficinas y la vacante en el banquillo céltico ya llenaron titulares, pero el estreno del (eternamente) joven Stevens ha roto no pocos pronósticos y ancladas tradiciones de la NBA. Un movimiento valiente que promete no ser el último en un verano loco en la bahía Back.
Un Kemba que nunca fue
La llegada de Kemba Walker al Garden fue acogida con cierto optimismo por la hinchada céltica, enfadada con el caprichoso comportamiento de Kyrie Irving. Sus actuaciones en Charlotte parecían asegurar un incipiente Big Three, junto a Tatum y Brown. Quizás una nueva dinastía, para los más soñadores, pero al menos un equipo competitivo y divertido de ver.
Desgraciadamente, la rodilla del neoyorquino nunca le permitió rendir a su verdadero nivel y su contrato se había convertido en un enorme lastre para los planes de futuro de los Celtics. Su salida, sin embargo, no parecía en absoluto sencilla. Pocas opciones de equipos con ganas y capacidad salarial de asumir su ficha y con activos de interés para Stevens. Sin embargo, un coleccionista compulsivo de picks del Draft como Sam Presti ha sido el aliado perfecto para la maniobra de Boston. Los Thunder, además se han convertido en expertos reuperadores de carreras deportivas, por lo que esperemos que un gran tipo, además de execelente jugador, como Walker se reencuentre con su mejor versión en el callejón de los tornados.
Blindar la pintura
A pesar de los múltiples rumores, ha sido precisamente el movimiento más complicado, ya que casi todas las miradas se centraban en la más sencilla salida de Smart, el que ha llegado primero. Y ha sido el traspaso más madrugador de la temporada, de largo. De hecho, merece la pena destacar que, como bien ha apuntado el perdiodista deportivo Alberto de Roa (@TikotDeRoa) en Twitter, es el primer traspaso que se ha relizado antes del Draft en la NBA desde 1998. Y no le fue mal aquel movimiento a los Kings, en el que se harían con el, hasta entonces, díscolo Chris Webber.
Historia de la NBA aparte, el presente devuelve a Al Horford a orillas del río Charles, donde su experiencia y liderazgo serán muy bien recibidos. El jugador dominicano ha pasado media temporada alejado de las canchas por motivos estratégicos y su recompensa ha tomado forma en su regreso a un Garden donde brilló con luz propia.
Junto al veterano interior, llega un prometedor pívot de 2,18 m de estatura y tan sólo 21 años. El center neoyorquino Moses Brown aterriza en Boston después de dsiputar más de media temporada (43 encuentros) con los Thunder, acumulando unos números muy intersantes: 10,0 puntos, 8,6 rebotes y 1,1 tapones en apenas 24 minutos por encuentro. Unas actuaciones que le hicieron valedor de un acuerdo multianual con la franquicia del medio oeste, dejando atrás su anterior contrato dual. Y es que su camino al profesionalismo no ha sido un camino de rosas. Tras sólo una año en UCLA, se lanzó de cabeza al Draft de 2019, donde no fue seleccionado, para acabar recalando en el equipo asociado a los Blazers en la G-League (Texas Legends). La temporada siguiente Oklahoma llamó a su puerta y el joven interior no desaprovechó la oportunidad de labrarse, esta vez sí, un futuro como deportista profesional.
Verano movido
Este primer traspaso parece indicar que el verano será tan movido como se esperaba en Bean Town, en un movimiento que no parece que vaya a ser el último ni necesariamente el más sonado de la franquicia, bajo la batuta de su nuevo director de orquesta. La primera sensación es que se quiere terminar con la fragilidad de los Celtics en la pintura, y que en la nómina de pívots aún habrá más movimientos, con Tristan Thompson como prinicipal candidato al traspaso.
Los rumores en cuanto a la confección de la plantilla continuarán amenizando los corrillos de aficionados célticos, pero aún queda en el aire la elección del próximo entrenador. En la terna de destacados, algunos ya entrevistados por Stevens, se encuentran Ime Udoka, Jay Larranaga (actual asistente), Chauncey Billups, Sam Cassell, Jason Kidd, Lloyd Pierce, Becky Hammond… y quien sabe si a esa larga lista se ha podido unir en las últimas horas hasta Rick Carlise, aunque el ex-campeón con los Celtics del 86′ no ha salido en ninguna de las quinielas todavía.
Pocas cosas serán inamobibles en el Garden durante el estío, más allá del idolatrado parqué, el icónico leprechaun y el dúo Tatum-Brown, y quizás incluso el famoso duende irlandés tema por su futuro con tanto mar de fondo.