Nadie puede decirle al Dépor que no se esté moviendo bien en el mercado de fichajes. Hasta la fecha, el club coruñés ha cerrado seis incorporaciones con la última, la de Adrián Lapeña, cerrada ayer viernes. La secretaría técnica de Carlos Rosende, Juan Giménez y Martín Castiñeira está moviéndose muy bien y rápido. Pero hay otras parcelas, y no va por las salidas, en las que se está siendo algo más díscolo. Ese es el mercado de fichajes sub23.
Como es sabido, todo equipo de Primera RFEF dispone solo de 16 fichas (17 si dos son porteros) para mayores de 23 años. El resto, hasta 23 o 24 han de ser jugadores nacidos a partir del 1 de enero de 1999 y nunca antes. El Dépor tiene varios en plantilla como Pablo Brea, Valín o Gandoy, pero no son suficientes. Deberán llegar al menos 3 ó 4 más y aunque dos ya pretendidos parecen bien encaminados (Josep Calavera y William de Camargo) aún haría falta algún otro.
Cierto que es un mercado que, muchas veces sobre todo si hablamos de cesiones, se mueve mucho más lento de lo que jugadores y equipos desearían. Pero lo cierto es que el no lograr incorporaciones en esta parcela hace que la planificación del curso vaya condicionada en equipo que como el Dépor tiene el otro tipo de fichas muy superado. Aunque quedan muchas semanas para corregiirlo, por ahora es el mayor debe a exigir a la dirección deportiva del Dépor.