En escasos cinco meses, se cumplirán siete años del fichaje de Martin Ødegaard por el Real Madrid. El por entonces futbolista de 16 años llegaba a la capital con el cartel de gran promesa europea, y fue el club blanco el que se llevó el gato al agua tras disputar su fichaje con todos los grandes de Europa.
Desde su llegada a Madrid, la directiva decidió llevar con calma la proyección de la perla noruega. Tras dos años en el filial madridista, en 2017 se marchó cedido al Heerenveen holandés. Tras esa temporada, en la que pasó algo desapercibido, en 2018 volvió a poner rumbo a la Eredivisie, pero en esta ocasión al Vitesse. En esta segunda etapa en Holanda si cuajó una gran temporada, que le llevó a renovar con el Madrid hasta 2023.
Inmediatamente después de su renovación, el noruego fue cedido a la Real Sociedad, para seguir creciendo como futbolista en una competición de primer nivel. Las expectativas eran altas, pero nadie se esperaba su explosión en el club txuri-urdin, en el que se convirtió en la gran revelación de LaLiga. Tal fue su gran desempeño, que aunque la duración de la cesión estipulaba dos temporadas, al finalizar la primera regresó a Madrid por petición expresa de Zinedine Zidane.
Pero su regreso a la Casa Blanca no fue lo esperado por el mediapunta nórdico. El gran nivel exhibido en el primer tramo de la competición por Kroos y Modric le cerró la puerta a la titularidad. Sumado a un nivel irregular debido a la falta de continuidad, Martin comenzaba a ver su futuro inmediato lejos del Madrid. Tal fue así, que en enero volvió a ser cedido, en esta ocasión a la Premier League, concretamente al Arsenal.
Media temporada como gunner en la que a pesar de no brillar de la misma forma en la que brilló en Donostia, realizó un fútbol notable. Sumado a la marcha de Zizou, quien no parecía dispuesto a darle un rol de titular, el noruego regresó –otra vez– a Madrid. Todo parecía indicar que esta iba a ser la definitiva. Con el beneplácito de Ancelotti y Florentino Pérez, y siendo el relevo natural de un Modric que un mes cumplirá 36 años.
A pesar de todo, parece que las dudas han vuelto a rondar la cabeza del noruego, que parece valorar una nueva cesión a Londres. Sin embargo, desde la Casa Blanca no parecen contemplar una nueva cesión. Desde la cúpula se tiene gran estima a sus habilidades futbolísticas, pero existen dudas sobre si tiene la mentalidad requerida para jugar en un club como el Real Madrid.
En el Madrid nadie regala nada y nadie juega por decreto. Los periodos de adaptación siempre son difíciles en un club de estas características, y en ese sentido se establece una diferencia entre los que se quedan a luchar por un puesto y los que se rinden y prefieren la garantía de ser indiscutibles en un club menos ambicioso. Si el noruego tiene dudas, tal vez debería preguntar a Luka Modric sobre cómo fue su primer año en Madrid, y cómo ha cambiado su trayectoria desde entonces.
Por @diegoaguado97