El pasado miércoles, los Celtics cerraban (puede que definitivamente) su plantilla con un base de garantías, como Dennis Schroder, que se une así al regreso de Enes Kanter, ambos con un llevadero contrato anual.
Después de un mercado de fichajes poco llamativo, Brad Stevens ha conseguido cerrar su plantilla con el base de garantías que necesitaba, además de garantizarse una perseguida flexibilidad salarial, de cara a la agencia libre de la próxima temporada.
Un error caído del cielo
La llegada de Schroeder a Boston viene precedida de un órdago sin cartas por parte del base alemán. El exterior de Brunswick recibió este mismo verano una interesante oferta por parte de los Lakers, que suponía 84 millones de $ por 4 temporadas, pero decidió declinar el ofrecimiento del cuadro californiano, a la espera de recibir mejores propuestas. Sin embargo, a pesar de su optimismo, mientras el resto de jugadores libres iban encontrando acomodo, el internacional alemán se quedaba como un burro amarrado a la puerta del baile, como cantaba El último de la fila.
Pero, como siempre hay un roto para un descosido (nunca he sabido si es mejor ser el roto o el descosido), esta situación había fabricado una forzosa pareja de baile. Así pues, rotas las esperanzas de un gran contrato para Schroder, se abrían las puestas para arreglar el descosido de los Celtics en el puesto de base. Y es que Brad Stevens, viéndose en una situación ventajosa, ha conseguido firmar a un base de unos 15-20 millones $ por temporada, por tan sólo 5,9. De este modo, el directivo de Indiana ha ajustado su salario a la excepción por trapaso disponible y mantiene la flexibilidad salarial para el año que viene, objetivo que ha sido prioritario durante todo el verano en las oficinas de Boston.
Antes que el base germano, se confimaba el regreso de Enes Kanter al Garden, en un nuevo contrato anual de poca cuantía. La vuelta del pívot turco no requiere de ninguna presentación, suponiendo un seguro de anotación al poste bajo y rebote, saliendo desde el banquillo. Una apuesta de poco riesgo en lo deportivo y en la química del vestuario, ya que el interior ha mantenido una gran relación con sus antiguos compañeros en todo momento.
Renovaciones pendientes
Tras los últimos movimientos, Brad Stevens sólo tiene encima de su mesa las renovaciones de Marcus Smart y Robert Williams. En cuanto al escolta tejano, se ha rumoreado que los Celtics han llegado a proponerle una oferta de 77 millones de $ por 4 años, aunque aún no se ha confirmado este aspecto, ni se sabe si hay respuesta por parte de Smart. Mientras tanto, poco se conoce de la ampliación de contrato del pívot de Luisiana, cuya continuidad parece otra de las prioridades célticas.
Dependiendo del resultado de las renovaciones, las opciones de mercado de Boston pueden cambiar radicalmente. Y es que, de no llegar a un acuerdo con uno o ambos jugadores, la opción de buscar un traspaso y sacar algún beneficio por ambos activos puede convertirse en una complicada obligación para el conjunto de Massachussetts.
Así las cosas, los movimientos en el Garden pueden estar tocando a su fin, después de un verano muy movido, aunque no cabe descartar algún traspaso menor o que Stevens se vea obligado a mover ficha con Smart o Williams. De cualquier forma, el mercado de fichajes no se mide por como empieza si no por como termina, por lo que no queda otra que esperar hasta que la plantilla esté definitivamente cerrada y el balón comience a botar.