Esta madrugada los Celtics confirmaban la continuidad de Marcus Smart para las próximas cuatro campañas, cerrándose así la renovación más importante que estaba sobre la mesa de Brad Stevens.
El recién estrenado directivo de Indiana está teniendo un verano bastante movido, deshaciéndose de algunas pesadas cargas de su predecesor, ajustando el gasto en plantilla y, ahora, apuntalando la columna vertebral de los Celtics.
Una renovación esperada
Tras los últimos movimientos, Brad Stevens tenía encima de su mesa las renovaciones de Marcus Smart y Robert Williams. Dada la importancia del jugador, la espera hacía dudar por la operación, pero la ampliación de contrato del escolta tejano no se ha hecho esperar demasiado. Los rumores que hablaban de una oferta de 77 millones de $ por 4 años han resultado totalmente fiables, siendo una extensión completamente garantizada, sin opción por parte del jugador. De esta manera, el alma de Garden continuará encendiendo a la parroquia de Boston, sin olvidar la química del vestuario, donde tiene un peso vital.
Tras esta frutífera operación, aún quedaría pendiente la renovación de Robert Williams, que sería de mucha menor cuantía, para asegurarse la continuidad de un pívot de futuro esperanzador, ya sea en la pista o en la mesa de traspasos de la franquicia de Massachussetts. Puede que está ampliación de contrato se alargue más en el tiempo pero, teniendo en cuenta el gatillo fácil de Stevens en los despachos, no sería prudente para el center de Luisiana deshojar demasiado la margarita, si su intención es permanecer en Boston.
La marcha de Fournier se transforma en una excepción
Sin demasiadas pistas al respecto, la llegada de Evan Fournier a los Knicks ha sido negociada con la franquicia de la Gran Manzana, a través de un beneficioso sign & trade. El acuerdo entre ambas franquicias permite la llegada del escolta francés a Nueva York, junto con 2 segundas rondas del draft, a cambio de dinero en metálico. Pero donde Boston araña beneficio es a través de la generación de una nueva excepción de trapaso, por valor de 17,1 millones de $. La caducidad de esta excepción es agosto de 2022, por lo que parece más probable que se le intente dar uso en la siguiente post temporada que en un futuro inmediato.
Además de la recientemente adquirida TPE, los Celtics acumulan ya otras 2 excepciones con las que trabajar: 9,7 millones de $ (por Tristan Thompson), que también expira el proximo verano, y 5,0 millones de $ (por Daniel Theis), que podría usarse en la ventana de traspasos de invierno (hasta febrero). Unas herramientas de las que Stevens tendrá que valerse para armar un equipo sólido y flexible para esta campaña, sin perder de vista el obetivo de la agencia libre del próximo verano, para construir finalmente un equipo con aspiraciones serias al anillo.
De esta manera, los movimientos en el Garden siguen cayendo sin prisa pero sin pausa, con la posibilidad de que algún traspaso de pequeña envergadura termine de perfilar la plantilla, aunque no se esperan grandes movimientos.