Ya es habitual que en los mercados de fichajes, especialmente en verano, SD Huesca y Girona FC estén inmersos en un enfrentamiento; amistoso, claro. Como ocurrió el año pasado, ahora es de nuevo Borja García quien vuelve a protagonizar el que ambos clubes estén pujando desde su lado. El mediapunta quiere volver a Girona y le ha transmitido al Huesca que quiere salir. Pero, dado tiene contrato, el Huesca defiende su parte y no accederá a dejarle ir si no media oferta.
Porque lo cierto es que el club altoaragonés tampoco tiene mucho interés en retener al jugador. A diferencia de hombres como Pulido o Seoane, Borja García es considerado como prescindible en el equipo de El Alcoraz. Pero eso no es óbice que, como ocurre con Siovas en una situación similar, le deje ir con la carta de libertad. No tras pagar hace un año algo más de 2 millones de euros precisamente al Girona y firmarle por tres temporadas.
Mientras el Girona espera. Es un jugador en el que obviamente están interesados y que a Míchel le encantaría tener. Pero a 10 días del final del mercado la vuelta del madrileño a Montilivi no parece, ni mucho menos, estar cerca de producirse.