En lo que avecina ser una temporada larga y llena de aventuras, el Wolfsburgo está listo para seguir rompiendo moldes e ilusionarse con repetir un gran año. Aunque lo cierto es que la temporada 2020-21, con Oliver Glasner en el banquillo (ahora en el Eintracht Frankfurt, sorpresivamente), no generaba muchas expectativas tras un irregular inicio. El equipo de la Volkswagen fue apeado en los play-offs de la Europa League por el AEK Atenas (2-1) y en la Bundesliga, empezaron cosechando una serie de empates muy desalentadores.
Sin embargo, una vez conseguido su primer triunfo liguero -al ecuador de la primera vuelta- el Wolfsburgo comenzó a carburar, manteniéndose invicto algunas fechas y empezando a escalar posiciones. Las vacaciones de invierno terminaron por impulsar a los ‘Lobos’, ya que se instalaron en el podio de la competición liguera y, a pesar de algunas debacles finales, no se movieron de allí. Todo ese buen hacer, unido a la irregularidad de sus rivales directos, tuvo su premio al final con la clasificación a la Champions League un lustro después, completando así una exitosa e histórica campaña.
Actualidad
Aún lejos de su última gloriosa etapa, al mando de Dieter Hecking, el Wolfsburgo por lo menos ha vuelto a alcanzar la estabilidad necesaria. El abrupto despido del mítico entrenador por poco llevó al club al descenso dos años seguidos. Ese precedente otorga más valor a la reconstrucción que encabezó Oliver Glasner en 2019. Aunque criticado muchas veces, el técnico armó y potenció un equipo competitivo y luchador que recuperó protagonismo en Alemania. Dos temporadas de arduo trabajo -invirtiendo 60 millones de euros, el gasto más bajo desde 2014- que dieron frutos con el celebrado cuarto puesto de la campaña pasada.
No obstante, el regreso a la élite de Europa trajo consigo la inesperada salida del austriaco, por lo que Francisco García, presidente de la entidad germana, ha decidido apostar fuerte por un nuevo proyecto que no vuelva a entrar en crisis. Descartados Gerardo Seoane (actual jefe del Bayer Leverkusen) y Lucien Favre, Mark Van Bommel acabó siendo elegido como entrenador del quinto conjunto teutón más valioso. A su vez, la dirigencia no escatimó recursos al momento de invertir en jugadores que ayuden a mantener el recuperado estatus. Centrándose de lleno en adquirir talento de presente y de futuro.
En esa línea, se han adquirido a jóvenes que han demostrado potencial como Sebastián Bornauw (13,5 millones de euros), Luca Waldschmidt, (12 millones), Aster Vranckx (8 millones) y Dodi Lukébakio (cedido por el Hertha Berlín). Igualmente, Lukas Nmecha (8 millones), campeón de Europa sub-20 con Alemania, regresa a la ‘tierra de los lobos’ más rodado. Además, se completó el fichaje de Maximilian Philipp, que estaba cedido, pagando 7, 5 millones al Dinamo Moscú. Todos estos estratégicos fichajes, junto al haber mantenido a los Whegorst, Lacroix, Baku y Casteels, fortalecen más el nivel de una plantilla ya de por sí poderosa.
Por lo menos, así se ha visto en los primeros encuentros que el Wolfsburgo ha disputado. Pasando del error en los cambios que llevó a su eliminación en la primera ronda de la Pokal (donde vencieron 1-3 al Preussen Münster), en la Bundesliga miran desde atrás a todos. Solidos y compactos, ganaron -con mucho suspense- al ascendido Bochum (1-0) e hicieron lo mismo con el Hertha (1-2). Pero es la reciente victoria sobre el Leipzig (1–0), gracias al gol de Rousillon, la que ha generado mucho optimismo alrededor de los ‘Lobos’, que esperan seguir en lo más alto después del parón de selecciones.
Entrenador
Tras de más de medio año lejos de las canchas, Mark Van Bommel retoma su lugar como técnico de la mano del Wolfsburgo, dispuesto a continuar su escalada. Por más que su despido del PSV a fines del 2019 no siente bien en su currículo, es de sobra conocido su ‘masterclass’ en dirección de campo. Algo que le viene de perlas al conjunto de la automotriz, necesitado de intervencionismo, variantes y soluciones rápidas durante los partidos. Es así que, en su vuelta a Alemania una década después (fue ídolo absoluto en el Bayern Münich entre 2006 y 2011), se le presenta una gran oportunidad de resarcirse de su última experiencia.
Dentro del selecto grupo de grandes mediocampistas de comienzos de siglo, el también multicampeón con PSV, Barcelona y Milan aguarda porque su carrera en los banquillos empiece a despuntar en un país donde lo ganó todo como bávaro. Curiosamente, los dobletes Bundesliga-Pokal que obtuvo en las temporadas 07-08 y 09-10 solo se vieron interrumpidos por el Wolfsburgo de Félix Magath campeón de liga en la 08-09. El ex-internacional por la ‘Orange’ aspirará a que su trabajo le permita imitar ese logro. Anteriormente, en sus 75 encuentros (44V-14E-17D) liderando al equipo de Eindhoven, quedó subcampeón de la Eredivise 18-19.
Sin embargo, el reto es mayúsculo ahora. En un torneo que sigue evolucionando, a Van Bommel se le encarga la difícil misión de superar lo hecho por su predecesor y terminar de explotar a un plantel que alcanzó un estado de forma brutal. Pero el subcampeón con Países Bajos en Sudáfrica 2010 no le huye al reto. Está convencido de que con el tiempo podrá impregnar su propio estilo en unos ‘Lobos’ que -él asegura- se ajusta a su ideario. Por el momento, mantener una línea continuista en el plantel -rocoso, pragmático y correoso- le está resultando favorable y genera positividad . Un buen punto de partida para crecer de la mano de un club ambicioso.
Estrella
Cuando parecía que la sombra de Mario Gómez (19 goles en la 16-17) iba a seguir sin reemplazo, apareció Wout Weghorst para ponerle fin a las penurias. A base de romper redes, el neerlandés se ha ganado a pulso ser actualmente el gran baluarte del cual el Wolfsburgo se fía. Su llegada significó tanto un cambio positivo para la entidad, respecto al rumbo por el que andaba, como un crecimiento personal para él. Y es que su espigada estatura (1.97 metros) parecía complicar su adaptación en una liga donde se transita mucho, pero ha sido todo lo contrario. Su juego, pesó sobre el rival y, sobre todo, sus cifras así lo reflejan.
Comenzando su cuarta campaña con los ‘Lobos’, el futbolista ha demostrado con creces ese instinto depredador que le hizo destacar en cada uno de los equipos donde pasó: Emmen (21 goles), Heracles (24) y AZ (45). Sin embargo, es en los alrededores del Volkswagen Arena donde está consolidando su figura. Sétimo goleador histórico del club (65 tantos en 124 partidos), el internacional por Países Bajos se encuentra a solo 12 anotaciones de superar a Edin Dzeko como máximo artillero del conjunto de la automotriz en Bundesliga: suma 54 por 66 del bosnio. Lejos quedan los 117 que marcó el mito Olef Ansorge en general.
Estos registros lo tuvieron en cuenta como uno de los delanteros más cotizados de las cinco grandes ligas. Para interés del Wolfsburgo, cumplieron el objetivo de retener a su máxima figura, por lo menos esta temporada. En un equipo dedicado a ser efectivo en las dos áreas, la influencia de Weghorst es vital. La forma en que oxigena al equipo mientras aguanta balones, sus descargas a los que se incorporan por detrás o su potente testarazo ayudan al colectivo. Pero es su sutil definición -sea tras una acción bien construida o un mal centro- por lo que más destaca. Tenerlo nutrido cerca de portería rival es garantía de lograr grandes cosas.
Sistema de juego
Encontrándose con un engranaje establecido y automatizaciones asimiladas, Van Bommel ha decidido por no alterar todo lo que funciona en su escuadra. El 4-2-3-1 -su sistema ideal- con el que se maneja el Wolfsburgo ha influido en que no se salga de esa línea establecida. Bajo esos argumentos, la alineación tipo que plantea va de la siguiente forma:
Casteels – Mbabu, Lacroix, Brooks, Rousillon – Schlager, Arnold – Baku, Phillip, Steffen- Weghorst.
Lo dicho, no ha tocado ensamble alguno. Aunque esta tratando de darle más dinamismo y movilidad al juego. Para su fortuna, cuenta con un plantel listo para absorber esas ideas. Casteels -segundo portero con más vallas invictas en la 20-21- es tanto un seguro en el arco como hábil con el balón. Lo mismo que Brooks y Lacroix, inmensos cuando se trata de proteger su zona y también mandando balones en largo. Por su parte, Rousillon y Mbabu explotan sus bandas cada vez que profundizan o se asocian velozmente.
El suizo es el que pasa más tiempo en ofensiva, ya que suele intercambiar labores junto a Baku, un lateral reconvertido en extremo que se desmarca muy bien. Ambos son unos cohetes. Pero para que ellos puedan despegar, necesitan un lanzador como Arnold. El tercer jugador con más partidos en la historia de los ‘Lobos’ (314, cerca de los de 34 de Olaf Ansorge) es el encargado de manejar el timón del equipo desde la base, y sus movimientos (con y sin balón) y clarividencia del campo son claves.
Mientras que su par, el austriaco Schlager, es el encargado de cortar juego y recuperar pelotas en todo el campo para que los habilidosos hagan de las suyas. Philipp, Steffen y Mehmedi cargan mucho la banda izquierda para desbordar y liberar el lado contrario, así como pisan carriles centrales para enlazar las acciones. Y en punta, el portentoso Weghorst es quien se encarga de rematarlo todo dentro del área. Con los nuevos agregados, Van Bommel dispone de ingredientes estimular a este conjunto.
Aspectos positivos
- Columna vertebral intacta: Como se mencionó, retener a Whegorst significó una gran noticia para el Wolfsburgo, pero lo cierto es que no fue el único logro. Que Casteels, Lacroix, Schlager, Mbabu y Baku -cada uno esencial en el sistema- se hayan quedado evitó que el club y Van Bommel se vean inmersos en un aprieto. Son jugadores que no tienen reemplazo.
- Reclutamiento inteligente: Ya hay un acierto de parte de la entidad en la contratación de futbolistas jóvenes que evolucionen a largo plazo. Pero, al mismo tiempo, existe otro factor importante en todos ellos (menos Vranckx): suman experiencia en la Bundesliga. En una campaña donde jugar en Europa pesará, tener en la rotación a jugadores capaces de rendir los fines de semana es clave para no descuidarse.
- Adaptarse para sobrevivir: Si hay una fortaleza a resaltar del equipo de la Baja Sajonia, es sin duda su capacidad para salir a flote en cualquier contexto. En varios encuentros del ejercicio anterior como, ante rivales que se imponían o complicaban, los ‘Lobos’ asumían el escenario propuesto, incluso sacando puntos. Igualmente, los partidos ante Bochum y, sobre todo, Leipzig son una clara prueba de ello. Son unos expertos en jugar con el cuchillo entre los dientes.
Aspectos negativos
- Escasos de munición: A pesar de contar con un artillero de nivel como Weghorst, el equipo de la Volkswagen no tiene quién acompañe las cifras del ‘killer’. Esa falta de aportación se ha visto en la tres temporadas desde el arribo del neerlandés. A los 18 tantos que anotó en su estreno, los 20 de la 19-20 y los 25 de la 20-21, le siguieron los bajos 7 goles que aportaron de Mehmedi y Ginczek en la 18-19, y otros 7 de Brekalo en los últimos dos años, respectivamente. Las llegadas de Waldschmidt, Nmecha y Lukébakio deberían dar solución a la falta de respaldo goleador.
- Nula experiencia en la élite: Quitando a Casteels, Guilavogui, Arnold -estos parte del equipo que alcanzó los cuartos de final de la Champions League 15-16- y Mehmedi, la plantilla de los ‘Lobos’ desconoce jugar al máximo nivel continental. La experiencia de haber disputado la Europa League 19-20 y, algunos, la Eurocopa 2020 no se compara con el ambiente de la Copa de Europa. Van Bommel, que conoce la competición a la perfección (fue campeón con el Barcelona en la 05-06), bien sabe que deberá preparar a su equipo para aspirar a avanzar en un grupo con Lille, Sevilla y Salzburgo.
- De tocar cielo a rosar el infierno: Inexplicablemente, siempre que el Wolfsburgo se planta en la competición de las estrellas, la debacle está a la vuelta de la esquina. Como se mencionó, el club peleó por no perder la categoría dos años al hilo luego de ser la sensación en Europa. Asimismo, tras su debut en la Liga de Campeones 09-10, Félix Magath tuvo que volver para salvarlos del descenso en la 10-11. Esta vez, las altas esferas tienen la esperanza de que no pasen por las mismas circunstancias.
Historia en la liga
A punto de cumplir 76 años de existencia (lo hará el próximo 12 de septiembre), el Wolfsburgo es actualmente una de las más respetadas instituciones deportivas de Alemania. Así como la ciudad homónima donde reside, el club de la Baja Sajonia debe su origen a la empresa Volkswagen -dueño legítimo desde 2007-. Dentro de las fábricas de automóviles, doce empleados (entre ellos una mujer, Irma Dziomba) fundaron el club que hoy viste de verde y blanco.
Debido a que se creo después de la II Guerra Mundial, sus primeros pasos -de larga andanza- se dieron en las categorías inferiores del fussball. Fue recién en la temporada 1997-98 cuando los ‘Lobos’ debutaron en Bundesliga, experimentando un crecimiento espectacular. En muy corto tiempo, el equipo que dirigía Wolfgang Wolf respondió a las nuevas exigencias, asentó a la entidad y alcanzó su primera clasificación a Europa (Copa de la UEFA 1999-2000). Un preludio hacia los éxitos recientes que han logrado.
La vitrina de trofeos de los ‘Lobos’ ya luce los grandes títulos de la máxima división teutona: ‘ensaladera’ -de la mano de Félix Magath-, Pokal (ganada 3-1 al Borussia Dortmund) y Supercopa (tras vencer 5-4 en penales al Bayern Münich) -obtenidas con Dieter Hecking en 2015-. Esos logros fueron posible gracias al aporte de futbolistas, unos más reconocidos que otros, que ayudaron a establecerlos entre los grandes. Diego Benaglio, Edin Dzeko, Andrea Barzagli, Grafite, Naldo, Kevin De Bruyne, Luiz Gustavo, André Schürrle o Marcel Schäfer han influido en el rápido ascenso de un Wolfsburgo que sigue engrandeciendo su historia.
Estadio
Si hablamos de uno de los mejores estadios del mundo, tenemos que hacerlo del Volkswagen-Arena. Este coloso -bautizado como «el templo con fachada de vidrio»- fue planteado por el Grupo Volkswagen y la ciudad de Wolfsburgo tras el ascenso del club a la Bundesliga en 1997. Dado que el antiguo VFL-Stadion -su hogar por 60 años- no cumplía con los estándares que exigía competir al más alto nivel, en 2001 se acordó que ambas partes invertirían 53 millones de euros en la construcción de un nuevo feudo.
Es así que, el 13 de diciembre de 2002, el estadio quedó completamente listo para recibir a las 30.000 personas que dictaminan su aforo. La inauguración se vio manchada por la derrota de los ‘Lobos’ (1-2) contra el Stuttgart. A partir de entonces, ha sido testigo de grandes duelos de competición doméstica, y torneos internacionales (Champions League, Europa League y amistosos de la Selección de Alemania). Pero su más grande honor fue haber sido escogido como una de las sedes del Mundial Femenino de Alemania 2011, albergando cuatro partidos, entre ellos la caída del equipo anfitrión a manos de Japón (0-1) en semis.
Pero si por algo es reconocido este recinto es por estar equipado con la más alta tecnología. No solo es su famoso techo traslúcido (que da personalidad a su atmosfera), también cuenta con paredes de video, asientos especializados para personas discapacitadas y hasta guardería. Asimismo, es pionero en el uso del sistema de reflectores LED, la implementación de césped híbrido (que mejora la resistencia del campo a la intemperie) y en presentar la tecnología 5G. Sin duda, un maravilloso albergue moderno.
Aspiración
Con un nuevo proyecto recién dando sus primeros pasos, pero con un equipo que a día de hoy se siente en la cima, el objetivo del Wolfsburgo es claro: exprimir todo el potencial de su escuadra. Y eso significa competir arduamente en la Bundesliga (actualmente son líderes), o por lo menos volver a lograr clasificar la Copa de Europa. Los beneficios que otorga el máximo torneo de clubes (jerarquía y altos ingresos) son invaluables para seguir construyendo a futuro.
El año pasado lograron muy cómodamente su clasificación; no obstante, este ejercicio la lucha se prevé duradera y con menos facilidades. Descartados Bayern Münich y Borussia Dortmund, la pelea por ser ‘equipo Champions’ les verá inmersos con Bayer Leverkusen, Leipzig y Borussia Mönchengladbach por los dos lugares restantes. Aunque tampoco hay que dejar de lado cualquier otra sorpresa que pueda aparecer en la siempre atractiva liga alemana.
Por otra parte, no se espera menos de los ‘Lobos’ en su retorno a la Champions League. Solo el hat-trick de Cristiano Ronaldo -que llevó la serie 3-2 favor del Real Madrid- puso fin a su memorable participación. Los cuartos de final fueron el techo de un elenco que añoraba con volver a escuchar el himno de las estrellas. Conscientes del inminente cambio de ciclo que viene, ha llegado el momento de dejar el nombre del club en alto en el mayor escenario continental. La confianza es inmensa.
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