Brad Stevens ha vuelto a la palestra de de los fichajes de este novedoso verano bosotoniano, anunciando un nuevo traspaso que llevará a Juancho Hernangómez a vestir la icónica elástica de los Celtics.
Como era previsible, la pretemporada aún reservaba algunos movimientos en la plantilla de Boston, en busca de un roster más equilibrado que poner a las órdenes de Ime Udoka, que tiene, en su estreno como ténico jefe, la complicada labor de cimentar las bases de un equipo candidato al anillo.
Un relevo de garantías para el perímetro
Tras los últimos movimientos, no parecía que Brad Stevens hubiera dado por concluída la construcción de la plantilla céltica, un hecho confirmado con el traspaso que tomó forma este viernes. Los Celtics enviarán a Memphis a Khris Dunn, Carsen Edwards y una 2ª ronda del draft de 2026, a cambio de Juancho Hernangómez. Un movimiento que alivia la plantilla verde en el backcore, reforzando el frontcore con un alero de garantías. No obstante, aunque la transferencia se da por cerrada, toda vez que periodistas de la talla de Adam Woijnaroski o Alberto de Roa lo dan por seguro, aún es necesario que pasen 15 días para que pueda hacerse formalmente oficial. Además, el propio jugador publicaba un trébol de cuatro hojas en un mensaje en Twitter, por si quedaba alguna duda al respecto.
La llegada del 3 madrileño garantiza un relevo de garantías para Tatum además de una alternativa para jugar con un, cada vez más habitual, small ball. Su buen lanzamiento exterior, capacidad de pase y mentalidad defensiva le convierten en una herramienta tremendamente útil, saliendo desde el banquillo, para un entrenador como Udoka, probablemente muy centrado en el aspecto defensivo y el juego de equipo. Un movimiento que reafrima que, este año, Stevens quiere que el debutante en el banquillo tenga mejores opciones cuando miré a los reservas en busca de soluciones de las que él mismo tuvo. Para ello, el nuevo ejecutivo de Indiana está ejecutando una estrategia de Money Ball en toda regla, prescindiendo de Kemba Walker para sumar a cambio la aportación conjunta de jugadores como Josh Richardson, Dennis Schroder y, ahora, el propio Juancho, en el perímetro verde.
Quedará para la historia del baloncesto español este traspaso, que supondrá, por vez primera, que un jugador español defienda los colores de la histórica franquicia de Massachussetts. A buen seguro que el propio Juancho, además de la nutrida parroquia de aficionados españoles de los Celtics, estarán expectantes por dar este significativo paso. De Magariños al Garden, no cabe más historia del baloncesto.
Adiós a Tacko
Dentro de los cambios obligados, uno se hará sentir en el corazón de la hinchada verde por encima de todos. El adiós a Tacko Fall, que ha firmado un contrato (two way) con Cleveland, confirmaba la esperada marcha del enorme pívot senegalés. Ya no habrá más Tacko Time en el Garden, que deberá volver al clásico Gino Time cuando la victoria sea segura.
Y precisamente en el juego interior es donde Stevens tiene su piedra en el zapato. ¿Será capaz de mejorar la nómina de pívots o dejará que Udoka exprima lo que queda de Horford y termine de enderezar a Robert Williams, confiando en que Kanter y Bruno Fernando sean capaces de ofrecer relevos de ciertas garantías? Vista la evolución del verano, no se puede descartrar ninguna opción, ya sea en forma de traspasos o dejando la puerta abierta para la ventana de fichajes del All Star.
De este modo, se puede decir que los Celtics llegan a septiembre con la plantilla casi cerrada, mejorando los recursos del año pasado. No obstante siempre caben interpretaciones más o menos simplistas y catastrofistas, que hablan de una franquicia sin rumbo. Nada extraño en algunos medios generalistas acostumbrados al deporte europeo de chequera, copa y puro.