El Celta concluyó el campeonato de Liga 2020-2021 en octava posición, quedándose a las puertas de las competiciones europeas de menor calado, a pesar de que en noviembre ocupaba el farolillo rojo a la llegada de su actual técnico, el Chacho Coudet.
En junio y julio rezumaba la alegría y el optimismo por Val do Fragoso, con la llegada de Franco Cervi, nada más dar el pistoletazo de salida el mercado veraniego. El joven extremo izquierdo argentino que militaba en el Benfica, sobre quien se impidió que viniera en el pasado mercado de invierno, por estar acechado el conjunto lisboeta por un brote de la Covid–19 y contar con menos efectivos, pese a que el centrocampista albiceleste desaparecía de las alineaciones de los lusos en los últimos tiempos.
Una ventana de fichajes donde se hizo más caso que nunca a las pretensiones del entrenador, algo con lo que no contaban los predecesores en el cargo de Coudet, teniendo que tragar con gangas exóticas de última hora, cuando las grandes perlas ya las habían adquirido otros equipos, de incluso menor entidad que los olívicos.
Llegó Matías Dituro para reforzar el marco celeste, debilitado por los continuos percances de Rubén Blanco, que lo tuvieron alejado más de un trimestre en sus dos últimas lesiones (julio – noviembre 2020 y marzo – agosto 2021) y con un Iván Villar, aún sin forjar en la máxima categoría pese a realizar un buen final de curso como titular.
El tercero en llegar fue el lateral izquierdo Javi Galán, de los mejores del pasado campeonato en su lugar y sorprendentemente no levantado por equipos de otra escala como es el Sevilla, quien tiene coja dicha posición. Cierto es que su contratación fue demorada por la fórmula de la misma. De notable su inicio de temporada.
El brasileño Tiago Galhardo viene a dar un soplo de aire fresco a la dupla atacante, formada por Aspas y Mina (anotadores de 26 de las 55 dianas celestes en la 20/21). Y sobre el bocinazo del 31 de agosto, se oficializó el secreto a voces, con la tercera cesión consecutiva del central colombiano, Jeison Murillo. Para comandar una zaga en el punto de mira, con bastantes errores en este primer tramo de competición. Y es que nunca repetió pareja el técnico: Araújo-Fontán contra el Atlético, Carlos Domínguez-Araújo versus Osasuna y Aidoo-Araújo ante el Athletic.
El punto de inflexión fue el viernes 13 de agosto, cuando el presidente del club, Carlos Mouriño Atanes, compareció ante los medios de comunicación, en la habitual rueda de prensa previa al inicio de temporada, donde dijo sobre Denis Suárez -ante la atonía general- que «trajese una oferta de otro club y se fuese, esta temporada o a fin de contrato». Todo motivado por la salida de la promesa de 11 años Bryan Bugarín al Real Madrid, representado por la agencia de Denis y Iago Aspas, con la que el club vigués rompió relaciones desde entonces.
Y todo el mar de fondo de dicha semana, se trasladó en el partido contra el vigente campeón en Balaídos, que con errores en ataque y defensa, con un imperial Correa, supuso la derrota por 1-2. Le sigue el único punto hasta el momento, con una actuación prodigiosa del guardarredes Dituro -pena máxima incluida- y con un Arberola que no quiso ver 2 penaltis a favor de los celtiñas en El Sadar. Y este sábado, el enésimo error en defensa -de ésta fue el ghanés Aidoo-, que otorgó el único tanto del encuentro, en favor del Athletic Club.
Lo único pendiente en la compra-venta, fue colocar al turco Okay Yokuslu en algún club inglés o de su país, que veremos si Coudet es capaz de rehabilitarlo, ya que el medio campo queda sin competencia y es junto a la defensa, de lo más flojo del equipo, ya que no está teniendo incidencia en los encuentros. Mal menor, ya que lo importante fue deshacerse de Emre Mor, para que no pasase su último año de contrato en Vigo sentado en la grada.