El nuevo Bernabéu se estrena con el Celta como invitado especial

El 1 de marzo de 2020, la afición madridista acudía al Santiago Bernabéu para presenciar ni más ni menos que un Clásico. Pocos podrían imaginar que aquella victoria madridista por dos goles a cero frente al Barcelona, sería el último partido que acogería el coliseo blanco. Una crisis sanitaria de por medio y la posterior reforma del estadio, que desplazó al conjunto merengue a utilizar el Alfredo Di Stéfano como estadio local. Un año y medio después, el público volverá a abrir en las gradas del estadio de Concha Espina, aunque, eso sí con limitaciones de aforo.

Un Madrid que empieza a encajar las piezas

Para el regreso del respetable, el Real Madrid se ha puesto el traje de líder, con 7 puntos de 9 posibles. Dos victorias y un empate en las tres salidas son el bagaje general de los de Carlo Ancelotti. Pero por encima de los resultados, el técnico italiano da prioridad a las sensaciones encontradas sobre el césped. Un nuevo estilo en el que el equipo ejerce una presión asfixiante al rival, que se traduce en un fútbol muy ofensivo. Con un Vinícius en estado de gracia que parece haber hecho las paces con el gol, un Alaba que parece un veterano del conjunto blanco, o los Bale y Hazard que empiezan a reencontrar viejas sensaciones.

Por otro lado, esta jornada podría ser el debut del la joven apuesta del Madrid, Eduardo Camavinga. Tras el malogrado fichaje de Kylian Mbappé, con quien Florentino Pérez anhelaba estrenar el nuevo estadio, el centrocampista francés acapara todos los focos de cara a un posible debut.

El Celta, en busca de recuperar la sonrisa

Muy diferente es la situación del Celta de Vigo. Los del Chacho Coudet buscan amargar al Madrid su regreso a casa, y de paso recuperar unas sensaciones que en las tres primeras jornadas no han encontrado. Tres jornadas en las que solo han anotado un gol, de penalti, en la jornada inaugural frente al Atlético de Madrid. Encuentros de los que sólo ha logrado obtener un punto, en el empate sin goles en El Sadar. Algo que ha relegado a los vigueses a la antepenúltima posición, solo por delante de Alavés y Getafe.

Una labor complicada la de dar la campanada, ya que para recordar la última victoria del Celta en el feudo blanco tenemos que rebobinar 15 años, con un resultado de 1-2. Sin embargo, se trata del equipo que tomó el Camp Nou en el último encuentro de Leo Messi como azulgrana, de modo que lo último que deberían hacer los de Ancelotti es confiarse.

Por @diegoaguado97