Nueva jornada para los dos representantes asturianos en Segunda División. Oviedo y Sporting, que acumulaban dos semanas seguidas de sendos triunfos, no pudieron cantar la tercera en un fin de semana complicado. Pese a ello, el equipo de Ziganda sumó un punto en su visita a Ibiza en un encuentro donde una pequeña desconexión costó muy cara a los azules, que pese a todo tuvieron la opción de llevarse el encuentro. El equipo carbayón acumula cuatro encuentros sin conocer la derrota.
Quien cayó por primera vez en lo que va de temporada es el Sporting. Lo hizo en su visita a Ipurúa tras un partido muy entretenido, al menos a ojos de un espectador neutral, y con alternativas para ambos lados. Los errores costaron muy caros a un equipo, el de Gallego, que fue por detrás todo el encuentro y que, pese a lograr la igualada en dos ocasiones, no pudo traerse nada de Ipurúa. Un cabezazo de Leschuk, ex del Oviedo, impidió sumar a los rojiblancos, que ceden la condición de líder, pero continúan ocupando plaza de ascenso directo.
Una derrota que podía ocurrir
- Los malos inicios penalizan: Al Sporting en Ipurua le penalizó en exceso sus arranques diésel en ambos periodos. En el primer tiempo tardó casi hasta el tanto de Fran Villalba en empezar a carburar y mostrar la imagen que le había llevado a ser líder hasta la pasada jornada. En la segunda fue una acción en la que el Eibar, conocedor como todos de la debilidad defensiva aérea en el flanco de Guille Rosas, aprovechó una excesiva falta de reacción en su primera llegada para volver a ponerse en ventaja. Dos losas de las que el equipo se repuso, pero que acabaron siendo uno de los puntos clave de la derrota.
- Las áreas no acompañaron: Si algo ha demostrado el Sporting que domina bastante son las áreas. En la propia hacerle gol resulta una misión harto complicada, pero para el Eibar no lo fue en esta ocasión. La calidad de los armeros es muy notable, pero les acompañó un acierto altísimo pues sus tres tiros entre los tres palos fueron gol todos. Mariño poco podía hacer en todo caso pues fueron remates y situaciones de mucha ventaja para el atacante. Pero en la contraria también se mostró fallón. Tres ocasiones muy claras, con dos palos, un remate franco en el área y otro a portería vacía no se convirtieron. Eso marcó la diferencia al final en el marcador.
- A los jugadores no se les toca: En el primer gol eibarrés, además de otras acciones, Marc Valiente no mostró acierto y contundencia. El defensa catalán, que no hay que olvidar venía de realizar dos grandes encuentros frente a Girona y Leganés, erró claramente en el primer gol y fue señalado. Eso es algo que David Gallego no quiso permitir en la rueda de prensa asumiendo él la responsabilidad del primer gol diciendo que fue él quien le dijo a Marc que jugase ese balón que acabó siendo fatal. Si algo no va a permitir el técnico es que se pongan dianas a los jugadores; esas deben ser para él.
- Una derrota sin dramas: Era Eibar un escenario donde se podía perder. Históricamente al cuadro gijonés se le ha dado muy mal. Además en esta ocasión se cruzaba además con una plantilla de las más potentes de la categoría. Sin embargo el como fue esa derrota, que pudo ser a poco que la suerte o el acierto hubiesen acompañado empate o victoria, hace que no cause el más mínimo drama. El equipo compitió bien manteniendo su estilo de esta campaña, con los matices obvios del rival al que se enfrenta, y no hay lugar a que se dude del equipo. A pensar en el Málaga.
Trabajado punto en Can Misses
- Mal inicio. Aunque no fue un primer acto para olvidar, es cierto que el Oviedo no mostró la misma cara que en los duelos anteriores. Al equipo le costó mucho generar y en la parte de atrás, conforme pasaban los minutos, los azules daban síntomas de no estar nada cómodos sin balón. Goldar avisó y Femenías respondió con un paradón. A la segunda, en un error en la parte de atrás, Javi Lara sorprendió al meta por el primer palo para hacer el primero. Jarro de agua fría para cerrar un primer acto tras el que tocaba corregir muchas cosas.
- Ziganda mueve ficha. Con el marcador en contra, al preparador azul le tocó mover ficha en el segundo acto. Nada más comenzar, eso sí, Bastón no llegó por milímetros a un centro de Pierre, pero el escaso bagaje ofensivo de los asturianos provocó que llegasen los primeros cambios. Brugman, Jirka, Montiel, Javi Mier y Matheus saltaron al verde para tratar de dinamitar el encuentro y lograr el empate. El choque comenzó a cambiar, y el Oviedo dio un paso al frente en busca de la igualada.
- Brugman se hace notar. Nada más salir al terreno de juego, y al igual que en el duelo frente al Cartagena, el centrocampista cogió el balón en una falta a varios metros de la frontal y probó fortuna de cara a puerta. Fue el primer aviso de un jugador que se estrenó ‘a la uruguaya’ como jugador del Oviedo. En una falta lateral sacada por Montiel, el mediocentro se zafa de su marca en un desmarque hacia la zona del segundo palo donde conecta un buen disparo para anotar el empate. Un tanto importante para que el equipo pueda seguir sumando en este arranque de temporada.
- Montiel pide paso. La del centrocampista fue una de las grandes noticias del Real Oviedo en el partido. Ziganda le bridó algo más de veinte minutos, y el futbolista respondió a la perfección. Asistente en el tanto del empate, cada vez que tocó el balón siempre llevó el peligro a la meta rival. Fue una constante amenaza para la zaga de un Ibiza hasta el momento de su entrada en el campo se defendía relativamente cómoda. Montiel, llamado a ser uno de los nombres a tener en cuenta esta temporada, necesita comenzar a crecer en importancia dentro del equipo.