El Mirandés se alía con la diosa Fortuna para amainar el vendaval del Eibar
Los de Anduva empatan en el noventa un polémico partido que dominaron los vascos en mayores fases
Visita con galones a Anduva: un Eibar que llevaba 6 jornadas sin conocer la derrota visitaba a un Mirandés con ganas de romper una negativa racha de 2 partidos consecutivos perdiendo.
El partido se pondría de cara al Mirandés desde los primeros minutos. Lo haría gracias a un centro de Iñigo Vicente al centro del área, donde este se encontraría con el pie de Simón para desviar a gol el balón. 1-0 en el marcador pero a un precio altísimo, ya que la superioridad del Eibar fue prácticamente incontestable por los locales. En consecuencia, esta situación haría a Lizoain tener una de las tardes más complicadas de lo que llevamos de temporada.
El primero en avisar fue Corpus con un potente disparo centrado que el cancerbero repelería poniendo las palmas de sus manos. A este intento le seguirían los de Expósito a balón parado, y Blanco Leschuk. La siguiente del conjunto armero ya no sería un aviso. Gran pase al espacio hacia Corpas, para que este la dejara de cara a Stoichkov, quien con fortuna en su remate, introdujo el balón en la portería tras tocar en un defensor.
No obstante el 1-1 pareció no terminar de saciar al Eibar, que continuó espoleando a la defensa local, hasta lograr sacar un penalti por mano de Simón. A Corpas no le temblaría el pulso y mandaría a guardar el lanzamiento frente a un Lizoain que se batió hacia el lado contrario. Llegaría el descanso con un Eibar en modo vendaval que solo ansiaba la reanudación para seguir buscando sangre en su rival.
Así sería y tras los 15 minutos reglamentarios, comenzaron con una presión asfixiante que se tradujo en 3 córners a su favor en apenas 5 minutos. Aún así no sería a balón parado la forma de sentenciar el partido de los vascos, y si con una brillante contra llevada por Stoichkov, y finalizada por Expósito por toda la escuadra tras un brillante recorte de tacón.
Parecía el partido ya listo para sentencia, pues la altísima moral del Eibar, combinada con las pocas ideas en ataque del Mirandés, hacían complicado pensar cualquier otro escenario. Fue entonces cuando apareció el VAR, y en una polémica jugada en la que el árbitro no señaló nada a priori, terminó dictando la pena maxima a favor de los de Anduvar, que pudieron recortar distancias.
El gol igualó las tornas, pero no sentenció a un Eibar que continuó buscando un nuevo tanto. Y que paradójico que es el fútbol que, después de que Leschuk fallara un claro mano a mano en el 89, unos escasos segundos después el Mirandés consumaba el empate con un centro lateral del recién incorporado Brugui que pareció tocar en algún defensor.