El Salzburgo no necesita atropellar al Wolfsburgo
Más tranquilo de lo habitual, el campeón austriaco se deshace (3-1) de unos 'lobos' que contuvieron a su rival, pero fueron víctimas de sus errores.
El Salzburgo está cada vez más cerca de hacer historia nunca antes vista en la UEFA Champions League. Los ‘toros’ obtuvieron una fina victoria (3-1) contra el Wolfsburgo que los deja en la pole de la siguiente ronda. No invitaba el encuentro a ello dado el trabajo defensivo de los teutones. Sin embargo, las concesiones dadas a Adeyemi, en el inicio, y a Okafor, en el final, los dejan en la lona.
El efecto de un gol
Las cosas estaban claras para el Wolfsburgo. Un rival que se encontraba 17 partidos invicto, anotando más de 40 goles y, encima, visitando Austria, territorio no amigable para los alemanes. Iban a necesitar los de Van Bommel un partido que roce la perfección porque si no iban a vivir una pesadilla. Y así precisamente comenzó el duelo. Primera transición del Salzburgo, tercer gol de Adeyemi en la Liga de Campeones 21-22. Como una ráfaga, el alemán aprovechó el espacio dejado y no perdonó ante Casteels (2′). Le tocaba a los ‘lobos’ reponerse y, contra todo pronóstico, lo lograron. Haciendo de la recuperación en el mediocampo su mayor virtud, estos se fueron acercando a portería rival hasta dar el campanazo.
Arnold, que cuenta con pie de seda, botó un corner que Nmecha mandó a guardar (15′). Baldazo de agua fría para el campeón austriaco. Aunque no iba a quedar ahí no más. Los teutones empezaron a imprimir el partido que querían en el verde, uno más lento, sin locuras ni ocasiones repetitivas, y eso trastornó demasiado al equipo de Jaissle, acostumbrado al caos. Inteligente apuesta, dado su incapacidad de competir mano a mano contra su rival. Sin posibilidad de mostrar osadía y velocidad en sus acciones, los bávaros no tenían de otra más que tirar de pacientes. Era el mundo al revés, ya que los ‘lobos’ empezaron a hacer daño en transición. Solo faltó que Steffen y Nmecha dieran el golpe final. Lo mismo que Susic, que vio como Casteels le hizo un paradón al filo del descanso.
Okafor huele sangre
Sin otra que asumir su superioridad, el Salzburgo volvió de vestuarios decidido a seguir jugando a ritmo de mortales para así plantarse en campo rival. No le costó mucho hacerlo ni tampoco tener su primera ocasión. Lastima que Lacroix estuvo atentó para desviar un centro venenoso de Kristensen a Okafor. Una premonición de lo que vendría después. Por ese momento del duelo, la zaga del Wolfsburgo competía más que a un nivel digno de la competición. Y es que el ejercicio con balón de los ‘toros’, explotando el carril central y venciendo en todos los duelos, empezaba a empujarlos contra su área. Así las cosas, Adeyemi y Susic fueron frenados por la defensa visitante, que no estaría tan implacable cuando Okafor se coló, en un tiro de esquina, para desnivelar el encuentro (65′).
Trató de recomponerse Van Bommel a su equipo con lo tenía en banca -que era poco debido a las bajas en su plantilla-. No obstante, el oponente a superar no era el equipo de la Red Bull, sino ellos mismos. Al mismo tiempo que Steffen falló otra ocasión delante de Köhn, Okafor volvió a beneficiarse de otro descuido alemán en un corner para sellar su doblete (77′). Tan solo tres errores le costaron al Wolfsburgo lo que era un excelente performance suyo sin balón. Intentaron refrendarlo en el final adentrándose en un ida y vuelta, pudiendo salir peor parados, que los llevaba cada vez más a la impotencia antes que a la épica. Todo muy cómodo para el Salzburgo, que salió gustoso de la nueva experiencia vivida. Al y al cabo, no necesitaron atropellar a su rival germano para vencer una vez más.
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