Victoria gironí con suspense en Anduva
Los rojiblancos sacan tres puntos muy valiosos para romper su mala dinámica de resultados. El equipo local reaccionó tarde, pero estuvo muy cerca de sacar un empate en la última jugada del encuentro.
Tres minutos bastaron
Los jabatos salieron más entonados al césped de Anduva con varias intentonas que no llevaron mucho peligro a la meta de Juan Carlos. Sin embargo los catalanes respondieron rápido y en el ’19 ya avisaron con un gol de Nahuel Bustos, pero la posición del jugador visitante era antirreglamentaria. La siguiente que tuvo el argentino no la desaprovechó y abrió la lata a favor del Girona. Samu Sáiz pudo anotarlo, pero se la sirvió a Nahuel Bustos, que con todo a favor anotó el primero de la noche. El conjunto rojiblanco (hoy de amarillo fluorescente) estaba desatado y logró rápidamente el segundo. Saque de esquina rematado por Santi Bueno y Lizoaín solo pudo blocarla cuando ya había traspasado la línea. Los de Míchel iban revolucionados y el torbellino gerundense estaba siendo imparable. Con una buena intervención de Juan Carlos a disparo de Meseguer nos fuimos al túnel de vestuarios.
No hubo sorpresa final
Sin cambios y sin el mismo ritmo arrancó el segundo acto. El Girona parecía llevar algo más la iniciativa, por lo que Lolo Escobar decidió agitar la coctelera. El entrenador visitante hacía lo mismo con la intención de reforzar la medular. Poco estaba teniendo la segunda mitad en comparación de la primera, excepto las sustituciones. El partido llegaba a su tramo final y la locura volvió a sobrevolar Anduva. Brugué se sacó un buen gol desde el balcón del área para recortar distancias, aunque el tiempo de reacción era prácticamente mínimo para los jabatos.
La tensión se palpaba y cualquier jugada era motivo de jaleo en Miranda del Ebro, hasta que en último minuto del partido la pelota pareció cobrar vida en el área visitante y Juan Carlos se introdujo la pelota en su propia portería. Por suerte para el Girona el tanto no subió al marcador al impactar la pelota en la mano de Camello en el momento anterior a tocar en la madera y Juan Carlos, además de existir posición antirreglamentaria. La escuadra catalana respira con una victoria después de una larga travesía por el desierto de las derrotas.