Al Milan le queda grande la élite
Víctima de sus propios errores, el subcampeón italiano tiene un pie fuera de la Champions tras no pasar del empate (1-1) ante un práctico Porto.
El Milan casi que tiró por la borda sus escasas opciones de continuar en la UEFA Champions League. Los nervios se apoderaron del subcampeón italiano, incapaz de hacer más para no romper el empate (1-1) ante el Porto. A los lusos les bastó con acrecentar las dudas a su rival y jugar con sus miedos, formula que casi les da la victoria. Ellos siguen en carrera, mientras que los lombardos están más cerca de despedirse de Europa.
El ‘dragón’ asusta
Era un partido marcado en rojo. Ser colero del grupo C y con peligro de ver terminada su aventura europea en noviembre eran señales claras de que el Milan debía recuperar su pasado glorioso. Esa aura que invocaba a que frente al Porto ya no solo jugaran bien, sino también fueran contundentes. Bueno, pues nada de eso hubo -como en Do Dragao- y sí lo contrario. El subcampeón luso hizo gala de experiencia en la ‘nova Europa’ y, sin desgastarse a fondo, acabó anotando con apenas la gente acomodándose en San Siro. Solo le bastó a Grujic presionar a un lento Bennacer, avanzar metros, atraer miradas dentro del área y servirle el gol a Díaz (6′). Tan simple como si de un entrenamiento se tratase. Y lejos eso de animar al equipo de Pioli a levantarse, los enredó todavía más.
Se le hacía un mundo a los ‘rossoneros’ plasmar ese juego vertical, velozmente asociativo y con chispa que nos ha acostumbrado a ver. En esas, al Porto le era todo indiferente, cualquiera vía para lastimar era valida, sea hacerse con el balón o lastimar transición. Al final, acabó siendo la pelota parada su mayor arma, obligando a Tatarusanu, portero de emergencia, a intervenir con grandes estiradas los cabezazos de Mbemba, Pepe y Taremi. No obstante, el obstáculo más grande de los milanistas era que las trabas se la ponían ellos mismos. Ello imposibilitaba que enlacen ofensivas como la que concluyó con Giroud viendo como Diogo Costa le sacaba un tiro que iba a la red. No era para nada su momento por entonces, mas sobrevivir al último intento de su rival les dio alas.
Limitada reacción ‘rossonera’
La charla post primera parte seguro influyó en que la escuadra transalpina se lave la cara en el inicio del complemento. El atrevimiento y el desparpajo se apoderaban de un Milan que dejó de ser estático, inferior en los duelos y predecible con balón. Eso sí, no deslumbraban como sí hicieron ante Liverpool y Atlético de Madrid, pero por lo menos rompían los muros del subcampeón portugués. Mérito tremendo tan solo conseguirlo. Lástima que el equipo de Conceicao este muy acostumbrado a vérselas así en el torneo de las estrellas. No tardó el Porto en ordenarse, así como encender las alarmas en el local con un testarazo de Evanildo que salvo el travesaño. El sonido metálico finalmente fue la alarma que necesitaban el siete veces campeón continental para reponerse.
Enseguida, el choque pasó a ser un combate mortal cada vez que el balón entraba en disputa. Para intereses del subcampeón italiano, Bennacer y Tonali ya habían recuperado su mejor versión y su trabajo devolvía la personalidad luchadora a sus pares. Incluyendo a un Giroud que se sacó un tiro libre de la nada y, tras sendos rebotes en la ejecución, Mbemba desvió un remate de Kalulu a su propio arco (61′). La ayuda le pudo haber ido de perlas a los milaneses si es que estos no bajaban su ritmo de forma paulatina. Esa falta de entendimiento de contextos benefició radicalmente al Porto, que hizo de la envalentonada reacción del Milan un simple arreón sin ideas. Ni modo, tan solo puso en evidencia una fecha más que este Milan le queda muy grande la élite.
Síganme en @APalomino16, y sigan toda la información y actualidad deportiva en @Grada3.com
[…] cambar chip una vez sumergidos en su verdadera realidad. Sobre todo el Milan, que casi tiene un pie fuera de la Champions League y necesitaba recobrar sensaciones. No tardó nada en demostrarlo, por más […]