Lo que le está pasando al Futbol Club Barcelona pasará a los anales de la historia por sorprendente y extraordinario. Una apoteósica crisis barcelona. En apenas 28 meses, el considerado mejor equipo del mundo ha colapsado, se ha autodestruido, incapaz de resurgir sin un equipo de leyendas como el que, en los últimos años, llegó a tener.
El Barcelona está pasando por una crisis sistémica que no tiene forma de solucionarse a corto o medio plazo. Desde la detención de Josep María Bartomeu, su último presidente, pasando por una deuda de dimensiones colosales o los pésimos resultados. Tampoco ayuda las goleadas en Champions. La crisis barcelona más oscura de toda su historia se está viviendo con auténtica agonía por parte de sus seguidores. Una situación que merece una explicación más detallada que trataremos de dar con un poco de luz en este breve artículo.
El principio del fin
Se puede considerar que la caída del Barça comenzó a partir de la creación de un tridente insuperable. El formado por Neymar, Suárez y Messi que consiguió 5 títulos en el 2015. A partir de este año, comenzó la cuesta decadente que ha desembocado en la ruina que afronta hoy día. Tres ligas y tres copas ensombrecidas por las derrotas europeas. Con una equipación que seguía cobrando unas desmesuradas cantidades, más por lo que fueron que por los resultados que estaban dando.
La caída se siguió produciendo, acelerándose con el paso de las temporadas y acompañada de unas gestiones que no tenían explicación lógica por ser demasiado erradas. Las contrataciones millonarias a jugadores que no dieron la talla. Maniobras de la directiva sin rumbo ni sentido y la telenovela de Messi derivaron finalmente en un enorme agujero. Tanto en los económico como en lo deportivo. Con la institución enormemente debilitada, llega un final apoteósico con la detención de su último presidente, Josep María Bartomeu, por juego sucio interno, dejando una empresa con los salarios disparados y las finanzas definitivamente en bancarrota.
La guerra interna
Neymar, una de las figuras principales del club, decide abandonar el 2 de agosto de 2017 para fichar por el PSG por 222 millones. Una salida considerada como fuga que dejó al equipo completamente desequilibrado. El dinero recibido fue mal invertido, sobre todo con la compra de Dembelé y Coutinho, por 295 millones, y que nunca dieron la talla que ese dinero prometía. Apenas dos años después, volvieron a gastarse 120 millones en el fichaje de Griezmann, completando los tres fichajes más caros en la historia del club catalán.
El descontento por los malos resultados no hizo más que aumentar la presión sobre el presidente, que en lugar de reponerse y trabajar entró en una especie de batalla soterrada y absurda, actuando de manera errática. Al parecer aprobó la actuación a su entorno más cercano de la contratación de una empresa que desde las sombras atacaría y se burlaría en las redes de jugadores legendarios, como Messi o Piqué, incluyendo a mitos que pasaron por el club, como Pujol, Guardiola o Xavi, e incluso a directivos en la oposición, como Laporta o Font.
Estos desmanes, en los que se gastaba dinero perteneciente a la institución para atacarla y que desveló la SER, provocó la detención del presidente, finalizando una debacle que comenzaría en el 2017. La deriva autodestructiva del club es ya una realidad 28 meses después de aquellos acontecimientos.
Después no fue mucho mejor. Se volvieron a gastar cantidad exorbitadas como los 74 millones de euros anuales en la renovación de Messi, 115 millones por renovar como prima además de otros 70 por cumplir el contrato. Una cantidad de dinero que no hicieron más que profundizar el pozo en el que ya se encontraba sumergido el Futbol Club Barcelona.
