El Almería certifica su liderato ante un Valladolid con uno menos

La jornada del sábado se cerraba con el partido más interesante de la división de plata. Primero y segundo, o lo que es lo mismo los dos equipos,más en forma de la categoría se enfrentaban. Para los locales una gran ocasión de poner distancia con sus perseguidores y para los visitantes una buena ocasión de acortar distancias.

Los primeros minutos fueron de tanteo. Ambos equipos conscientes de lo que había en juego contemporizaban. Aún así la iniciativa corría a cargo de los locales. Suya era la posesión mientras los visitantes esperaban su ocasión. Y la de los visitantes llegó muy pronto. Una buena combinación pucelana acabó con un centro de Luis Pérez que De la Hoz desvió al fondo de su propia portería. El gol reafirmó a los locales en su ataque y a los de Pacheta en su función defensiva.

Ese sería el guión de los restantes 80 minutos. Un Almería volcado y un Valladolid que a duras penas aguantaba las acometidas de los de Rubí, mucho mejor plantados y con las ideas mucho más claras. Ademas los visitantes contaron con el handicap de jugar con uno menos tras la expulsión de Plano.

Lo mejor que les pudo pasar a los de Pacheta fue alcanzar el descanso manteniendo su portería a cero.

En la reanudación más de lo mismo. Los locales con una presión muy alta, y con uno más,apenas daban respiro a los pucelanos. El empate era cuestión de tiempo y tras varios avisos llegó el empate de Ramaziani tras un tirazo desde la frontal. Los de Rubí encontraban el premio a su insistencia.

Lograda la igualada los locales se volcaron en busca de los tres puntos y otro tirazo de Akieme poniendo rúbrica a su gran partido ponía por delante a los locales.

Demasiado para un Valladolid desfondado con uno menos que ya solo esperaba el final tras estar a merced de su rival. El gol de Portillo vino a certificar la superioridad andaluza en los 90 minutos.

Los locales suman tres puntos importantes en su lucha por el ascenso mientras que los pucelanos ven penalizada su escasa ambición y el jugar con diez durante casi una hora.