El Bayern cumple bajo la tormenta
Encarrilando temprano su victoria (1-2), los de Nagelsmann acabaron sufriendo como nunca antes contra un Dinamo Kiev que dio todo para no despedirse de Europa.
El Bayern Münich esperaba vivir un mejor rato del que acabó pasando. Inaugurando la quinta jornada de la UEFA Champions League con los deberes hechos, el campeón alemán solo tenía que asegurar el primer lugar del grupo F. Lo hizo, sí, pero no sin tener que exigirse frente a un Dinamo Kiev que vendió cara su derrota (1-2). Quizás sea el partido que más le ha costado (y costará) a los bávaros en mucho tiempo.
Lewandowski y Coman frustran revoluciones
La consigna estaba clara para el 6 veces campeón de Europa: ganar para ser cabeza serie y, de paso, concentrarse de lleno en sus asuntos, por más que el virus asome a su alrededor. Las gran cantidad de ausencias se notaba en el banco, pero en el césped, sus estrellas imponen. No obstante, la chispa sobre el verde la ponían los canteranos del Dinamo. Shaparenko y Tsygankov por ser más específicos. Sin tanta presión de su rival a diferencia de lo ocurrido en Münich, ambos lideraban las veloces transiciones con las que su equipo incomodaba al Bayern. Aunque para cada ofensiva local, Nianzou se imponía con firmeza y tranquilidad. Parecía que el campeón ucraniano tarde o temprano iba a sorprender, pero en esas Lewandowski dejó pasmada a toda Kiev con una chalaca épica (10′). Iconicidad pura.
Apenas el equipo de Nagelsmann había recuperado dominio cuando el polaco se elevó por lo cielos, elevando su juego y sofocando al Dinamo como se preveía. Fueron esos minutos cuando la figura de Tsygankov se agigantó. El ucraniano hizo del partido un choque de box que devolvió a los de Lucescu de vuelta en sí. Sin Kimmich, el Bayern fue incapaz de poner orden en el medio y, por ende, frenar al internacional ucranio. Si Tsygankov atemorizaba a Neuer -que casi comete un ‘blooper’-, los germanos no se quedaban atrás. Definitivamente cansado por tanto recorrido, Müller se encargó de poner algo de pausa, por lo menos en el último tercio rival, y, con una ‘no asistencia’ de crack, dejó a Coman libre para que haga el segundo (42′). La nevada noche no presentaba inconveniente alguno.
El Bayern es mortal
Todo iba encarrilado a que el soberano elenco germano complete su cuarto envite anotando más de 4 tantos. Sin embargo, bajó un nivel de intensidad pensando que el encuentro estaba en sus manos. Gravísimo error. Las entradas de Vitinho y Garmash fueron un aire fresco para los ‘Bilo-Syni’, que empezaron a coleccionar chances en cada recuperación. Buyalskyi, primero, y Shaparenko, luego, tuvieron las mejores ocasiones, pero Neuer se encargó de frustrar ambas. Siempre un seguro el ya legendario arquero. Más cuando, a la hora de juego, el Dinamo fue subiendo líneas, incomodando en salida y agarrando a su rival mal parado para pisar área constantemente. Pavard y Nianzou, que estaban conteniendo todo hasta entonces, se sintieron muy superados y el duelo dio un giro total.
La intervención de Nagelsmann con modificaciones tácticas en su equipo tampoco surtió efecto. Los de Baviera, lejos de reaccionar, siguieron perdiendo balones cerca de su área y, en uno de esos errores, Tsygankov asistió a Garmash, que solo frente a Neuer no falló (70′). Seguidamente, Sydorchuk, con misil lejano, y Buyalskyi, en el rebote, casi hacen el empate. Totalmente crecido, el Dinamo ya sumaba más remates (5) que en sus 4 partidos anteriores (4). Mientras, la visita apenas tuvo un remate de Lewandowski que Syrota taponó sin problemas. El mundo al revés, reflejado hasta el final con un disparo de Tsygankov que bien pudo certificar un justo empate. La suerte esta vez estuvo con el Bayern, bastante agotado y frágil, mas igual de complicado de vencer bajo la tormenta.
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