El Oviedo y el Sporting se quedaron a medias en la última jornada de Segunda División. Los dos representantes asturianos igualaron a unos en dos partidos donde muchos se quedaron con la sensación de que se podría haber sumado algo más. Del lado azul, los carbayones fueron superados por el Mirandés. No fue el partido que ni Ziganda ni los suyos querían. Los rojillos llevaron el duelo a su terreno y pusieron en muchos aprietos al cuadro oviedista, que pese a todo sumó un punto. Lo hizo gracias a un golazo de Matheus, que partió desde el banquillo y nada más salir se inventó uno de los tantos de la temporada para los asturianos.
En el Sporting, el empate tampoco deja satisfecho a nadie. Porque los rojiblancos necesitaban ganar. Solo valía sumar de tres ante un equipo que llegaba a El Molinón con problemas y en esa parte baja de la tabla. El encuentro arrancó bien y la primera mitad no fue mala. Los gijoneses se adelantaron gracias a un tanto de Alberto, pero en el segundo acto, el Fuenlabrada empató el partido y el Sporting no tuvo reacción. La Copa ante el Ceares podría precipitar alguna decisión.
Matheus sale al rescate del Oviedo
- Incómodos. El Real Oviedo no llegó a sentirse cómodo sobre el césped de Anduva en ningún momento. El encuentro se decantó, desde el primer minuto, hacia el lado de la balanza que más interesaba a los rojillos. La presión azul fue ineficaz, con balón se mostraron imprecisos y en defensa se sufrió más de lo esperado, sobre todo en banda derecha. Y es que la falta de entendimiento entre Sangalli y Carlos Isaac obligó a Dani Calvo a corregir varias situaciones en las que el Mirandés atacó por la banda izquierda de su ataque. La falta de orden y de fluidez con balón incomodó en exceso a los de Ziganda durante todo el encuentro.
- Matheus resuelve. Ese desorden visto a lo largo de la primera mitad se tradujo en el primer tanto local al poco de la reanudación. Balón largo sobre Camello, que hace un buen control y define a la perfección. Partido cuesta arriba. En ese momento, Ziganda dio entrada a Matheus, y el ariete respondió. La actuación del delantero cambió por completo los planes del Mirandés. Los rojillos comenzaron a sufrir a nivel defensivo con dos puntas, y Matheus, en una de las primeras que tocó, se buscó el espacio, recibió, controló y la puso en un lugar inalcanzable para el meta local. Golazo en toda regla. Pero, además, el punta generó varias situaciones de peligro, aunque el gol del triunfo no iba a llegar. Aún así, Matheus deja claro que quiere ser importante en este equipo. También hay que destacar una nueva gran actuación de Femenías, que sostuvo al equipo en muchos momentos con paradas de mérito.
- Toca hacer bueno el punto. A muchos les quedó la sensación que el Oviedo no disputó en Anduva su mejor partido. El punto sabe a poco en términos clasificatorios, pero hay que decir también que sumar cuando en frente tienes un rival que te supera también es positivo. Y ahora toca hacerlo bueno en el encuentro ante el Alcorcón de este fin de semana en el Carlos Tartiere. Los azules vuelven a estar ante un partido de vital importancia para dar ese salto hacia las posiciones altas de la clasificación, y ya saben que una de las máximas es la de hacerse fuerte en el municipal ovetense. Oportunidad única para lograr ambas cosas.
- Otro partido para cerrar el año. Cuando todos creíamos que el Real Oviedo cerraría el año ante el Fuenlabrada, llega LaLiga y te sorprende. Los azules despedirán 2021, y nunca mejor dicho, sobre el verde del Tartiere. Y es que tendremos fútbol en Nochevieja. A las dos de la tarde, un horario precioso para los aficionados, vamos. Porque claro, no olvidemos que el fútbol es de la gente, o eso dicen. En definitiva, a los de Ziganda les tocará competir antes de comerse las uvas, para despedir 2021 junto a su gente con un triunfo.
Un equipo necesitado de resetear
- Un déjá vu en el juego desplegado. Tras varios partidos entre malos y muy malos en cuanto a la imagen y juego mostrados, el Sporting recuperó su vieja esencia. Fue claro dominador, se impuso con notoriedad a un Fuenlabrada plagado de bajas y volvió a disponer de ocasiones más que suficientes para ganar cómodamente el partido. Pero de nuevo su poca pegada en las áreas le volvió a jugar en contra. Solo un gol anotado en 7 disparos entre palos y 13 totales hace que una semana más el Sporting se quede sin ganar y la racha sin hacerlo alcance las ocho jornadas. A pesar de ello, David Gallego continuará al menos una semana más, aunque totalmente acorralado.
- Una endeblez que asusta. El principal mal que tiene el club gijonés es una endeblez en las áreas que Gallego insiste en que se corrige así; insistiendo. No parece la mejor receta, precisamente por ahora eso, insistir, insiste en cometer los mismos errores. Su portero está irreconocible y encaja goles inexplicables como el del otro día dejando que un balón bote dos veces en su área y entre casi llorando. Claro que el como se produce ese remate, con un jugador rival haciéndolo entre casi cinco sportinguistas es otra muestra del guiñapo de equipo que es ahora mismo el Sporting.
- Necesidad de resetear. Lo cierto es que el equipo necesita despertar y resetear. Eso quizá lo diese una victoria, pero nadie sabría si de verdad eso serviría para que, si llega de nuevo un golpe, el equipo fuese fuerte mentalmente para aguantar y no irse abajo. Nadie lo sabe, pero el relevo en el banquillo parece cuestión de tiempo. Nadie se podrá quejar de que el actual entrenador ha tenido tiempo para intentar revertir la situación. Como nadie tampoco podrá discutir que ha sido incapaz de hacerlo y van dos veces en pocos meses en dos temporadas distintas. Ese, cada vez más probable, relevo en el banquillo se antoja como el punto clave de la temporada.
- Una semana clave. Por ello, estamos ante una semana clave. El equipo juega en Copa del Rey frente a un equipo, el Unión Club Ceares, dos categorías por debajo suya y que arrastra en su liga una racha tan mala como la de los rojiblancos. Si el Sporting cae eliminado puede ser el último clavo en el ataúd de David Gallego por la humillación que supondría para el equipo. Pero la verdadera prueba estará el domingo en el Estadio de Gran Canaria. Una plaza maldita para los rojiblancos en el que siempre sucede alguna desgracia. Allí, frente a un equipo que acumula tres derrotas consecutivas, el Sporting definirá su futuro a corto plazo.