A los que nos apasiona el fútbol tenemos muy claro que hay una cosa por encima de cualquier otra. Y es la fidelidad a unos colores. Nos puede gustar más o menos ver partidos de cualquier equipo, entender más o menos sobre fútbol, seguir a unos jugadores u otros. Pero lo que verdaderamente marca la diferencia y hace que el fútbol sea una pasión, es seguir a nuestro equipo. Vemos que la gente cambia de país, de ciudad, incluso de nacionalidad. Las personas cambian de coche, de pareja, incluso de «hijos». Pero nunca conoceremos a nadie que haya cambiado de equipo de fútbol. Una vez que te engancha el bendito «veneno» de unos colores, esos colores ya los gozarás y los sufrirás de por vida.
Conozco la historia de un niño que pasó sus primeros años lejos de su hogar familiar en un internado, muy cerquita del estadio de una hermosa ciudad. Concretamente en la misma acera de esa calle, que otrora fue Cañada Real. Y ya que lo tenía tan cerquita, pues por qué no acercarse a ese legendario estadio a ver que sucedía por allí. Corría la temporada 85/86 y ese equipo, que aún no era nada suyo, había bajado la temporada anterior de nuevo a los «infiernos» de la tercera división. Quizás no era el momento de engancharse a un club que había vivido momentos más gloriosos, al menos en la Segunda B. La temporada anterior no logró el ascenso, ¿por qué esta iba a ser diferente? Pero todo empezó a cambiar desde que ese pequeño empezó a asistir puntualmente cada dos semanas, acompañado de sus dos mejores amigos, Campa y Pery. Siempre sentaditos en el Fondo Poniente. Lo que allí hacía en invierno no era frío, era lo siguiente. Y desde ese fondo, con la mirada de sorpresa que sólo puede tener un niño, empezaron a ver como su equipo, ya era suyo, jugaba cada vez mejor al fútbol. Con goleadas históricas: 14 a 1 o 13 a 0. Goleadas que ese niño solo había podido ver por televisión unos años antes. Como el 12 a 1 a Malta en Sevilla en el ´83. Pero ahora las veía en directo y gritaba los goles y coreaba los nombres de sus nuevos ídolos: Valverde, Macarro, Chino, Rodri… Y encima eran casi todos de la cantera y sentían el escudo y la ciudad por encima de todo. Y, claro, consiguieron el ansiado ascenso a Segunda B. Ese fue el principio de una época gloriosa para el club. Y ese fue también el comienzo de una pasión por unos colores. Ya saben para toda la vida. Demostrándose que da igual en la división que estés, si lo das todo y le pones pasión a lo que haces todo saldrá bien tarde o temprano.
Es la misma pasión que puede y debe despertar el conjunto que juega mañana como local en el Nuevo Vivero. La plantilla del CD Badajoz tiene en su mano, a partir de mañana, enganchar y arrastrar a su afición. Como lo hicieron antes tantos jugadores que pasaron por el club blanquinegro. Tienen en sus botas, y en su corazón, que a algún niño o niña que esté pasando frío en algún rincón del estadio, le empiecen a brillar los ojos y le saquen esa mirada de sorpresa y admiración, que sólo un niño puede tener.
El equipo de la capital del Guadiana, viene de conseguir un nuevo empate. Esta vez ante el filial del Athletic Club en Lezama. Parecen malos resultados. Pero si profundizamos un poco, y nos dejamos de meras y típicas superficialidades periodísticas, vemos como el Badajoz es un equipo fiable a domicilio. Pocos equipos de la categoría tienen sus números fuera de casa. Esto son hechos y números. Cualquier equipo de este grupo sabe que si lo visita el Badajoz, va a ser muy difícil, por no decir casi imposible, ganarle. Sólo lo hizo el Deportivo, que es el líder, y no fue nada fácil.
Pero el partido de mañana es en el Nuevo Vivero. Y es en casa donde el conjunto pacense se está dejando más puntos de los que debiera. Es en su estadio donde tiene que volver a enganchar a sus abonados y dar un golpe en la mesa, con un partido redondo de una vez por todas. Mañana tiene una buena oportunidad para dar un giro de 180 grados a sus últimos encuentros. Pues visita Badajoz el colista y sin ninguna victoria en su casillero.
Y es que el CD Tudelano no ha sido capaz de conseguir victoria alguna, en las 15 jornadas disputadas hasta el momento. Perdiendo incluso en copa con un rival de inferior categoría, como el Bergantiños. El club de la «navarra riojana» ha cambiado incluso su inquilino en el banquillo. La llegada de Carlos Salvachúa le ha dado más equilibrio al equipo. Sin ir más lejos en el último partido jugado en el Ciudad de Tudela, lograron equilibrar el partido contra todo un Real Unión de Irún, quizás uno de los equipos más en forma de la categoría. Únicamente pequeños detalles, que también suman o restan, desequilibraron la balanza a favor de los irundarras.
Lo único que tenemos claro es que el conjunto de los «blancos», no se lo pondrá nada fácil al Badajoz. Como tampoco lo hizo en partidos anteriores. Ya hemos podido comprobar que en esta categoría no hay rival fácil. Aunque el equipo navarro tendrá que mejorar muchos aspectos si quiere empezar a sumar de 3 en 3 esta temporada. Peca de pérdidas no forzadas en las salidas de balón. Y de errores en las marcas y los en los repliegues en su centro del campo y defensa, que les ha costado más de un gol y, lo que es peor, más de un partido. Acude al Nuevo Vivero con la única baja, por acumulación de amonestaciones, de Fernando Delgado.
En cualquier caso, lo que ambos conjuntos tendrán que hacer este viernes a las 21:00h -por cierto día y horario nada agradable para cualquier afición-, es darlo todo. Unos ante su afición y otros como visitantes. Y es que independientemente del ámbito y del nivel en el que desempeñes tu trabajo, debes poner toda la ilusión y la pasión del mundo. Y así sí. Sí se consiguen los objetivos que uno quiera. Y se volverán a enganchar a esta bendita locura del fútbol nuevas generaciones de niños y niñas. Expectantes, esperando que sus ídolos los levanten de su asiento, haga frío o calor. Recuerdan, como aquel niño, en la temporada 86/87, sentadito en el Fondo Marcador. Listo y dispuesto para unirse a unos colores de por vida.
FICHA TÉCNICA | |
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Posible XI del CD Badajoz: Limones, Dani Fernández, Miguel Núñez (C), Pardo, Gorka Pérez, Barri, Isi Gómez, Zelu, D. Concha, Benito y Santamaría. | |
Posible XI del CC Tudelano: Pellegrino, Iribarren, Cedenilla, Pela, Royo, Álex Gualda, Aranzabe, Aitor González, Samanes, Alain Ribeiro y Samanes. | |
Árbitro: Francisco Saez Vital, Comité Territorial andaluz. | |
Incidencias: Partido correspondiente a la décimo sexta jornada del grupo I de la Primera RFEF, a disputar en el estadio Nuevo Vivero. |