El Lille galopa hacia el olimpo europeo
En una noche mágica, el campeón galo completa una actuación estelar para destrozar (1-3) al Wolfsburgo y poner pie en octavos de final de la Champions League 15 años después.
Tenía que llegar el día en que el Lille por fin sienta el aura de la UEFA Champions League como suya. Tras tantas decepciones previas, el actual monarca francés alcanzó cruzar el umbral. Y vaya que lo hizo con creces, pasando por encima (1-3) de un Wolfsburgo que tuvo corazón, pero careció de ideas y juego para poder cambiar el inalterable guion de su sentencia. Los ‘dogos’ recuperan su sitio entre los dieciséis mejores de Europa merecidamente.
Mantener la cordura
Las voces internas y externas anunciaban este encuentro por lo que era: una lucha a muerte. El indicativo de prisas para ambos aspirantes eran claras. Aunque seguro hacían más bulla en el Wolfsburgo, que salió decidido a tener su gran noche europea. Vaya decepción se llevarían más tarde, puesto que conforme corrieron los primeros segundos de la partida, se pudo avistar que sus más grandes argumentos serían su perdición. Posicionándose muy alto, bombardeando sin cesar área enemiga y atacando en tromba, los ‘lobos’ confundieron valentía con desesperación para plantarle al Lille el contexto que más le convenía. Con campo para transitar con cada recuperación, fue cuestión tiempo para que Ikoné despegue hasta área rival y asista a un Yilmaz que definió con experiencia (11′),
Primer trompazo para los de Kohfeldt, que tras ello no tuvieron forma de si quiera igualar el encuentro. Consecuencia del pecado mortal de no reconocer tus propios fallos. En esas, la noche se le hizo cómoda al Lille para aprovechar su velocidad, talento y chispa en los momentos indicados. Como había indicado Gourvennec en la previa, su escuadra debía tener compostura antes de entrar en el golpe a golpe. Bastante pragmático el mensaje, pero muy inteligente y adecuado para los tiempos que se exigen manejar en la Copa de Europa. Nunca lo entendió el equipo de la Volkswagen, que sin poder desbaratar el solido entramado galo, jugaron a la ruleta rusa con cada centro. No obstante, los esfuerzos de Weghorst eran neutralizados por Fonte y Botman, que aseguraron calma antes de la pausa.
Ikoné rompe maldiciones
Conseguido el primer paso del plan, le tocaba al Lille destejerse con mayor libertad para rematar la faena. Dejaron en claro los norteños que estuvieron aguantados en el primer periodo, ya que en menos diez minutos del complemento se desataron a ritmo de vendaval. El tipo de ejercicio que le gusta a un Ikoné que se puso el traje de verdugo. Sea pegado a la banda o pisando carriles interiores, el francés hizo estragos cada vez que se lanzaba al área con largas carreras afuera-adentro hacia el arco o dejando a sus compañeros el ‘golpe de gracia’. Lo sabía el Wolfsburgo, mas aún así no tenía de otra. Jaque-mate rotundo de su rival, que tenía en Casteels el último bastión a derribar. Lástima que los paradones del belga, vendido por su zaga, no iban a bastar para evitar el devenir.
El ingreso de Ángel Gomes desencadenó finalmente la voraz cabalgada con la que los ‘mastines’ terminarían por pisotear a su contrincante germano. Tocado por la varita, el portugués se encontró con un mal corte de Bornauw para dejar solo delante de portería a un David que no falló (72′). La segunda estocada terminó por ser crucial, puesto que enseguida llegaría el golpe definitivo gracias al propio Wolfsburgo, que se rindió ante el destino. Algo usual cuando la fe se hace trizas. Y es que otro error en su defensa, esta vez de Rousillon, permitió que Ikoné ubique dentro del área a Gomes y este ponga punto final al encuentro (76′). Al final, el descuento de Steffen (89′) fue anécdota en la sidérea noche de un Lille que cabalgó con fuerza directo a los octavos de final. El olimpo europeo les abre sus puertas nuevamente y eso ya es un éxito más que rotundo.
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