UE Costa Brava – Nàstic: rivalidad con morales renovadas

UE Costa Brava y Gimnàstic de Tarragona se enfrentarán este sábado, 18 de diciembre, en el Nou Estadi de Palamós en un partido correspondiente a la jornada 17 de la temporada inaugural de la Primera División RFEF Footers. Ambos equipos acaban de salir de sendas dinámicas negativas. ¿Conseguirán mantener el optimismo o volverán a los infiernos por la vía rápida?

UE Costa Brava: ilusión en el último suspiro

Al pasado fin de semana, la UE Costa Brava llegó sumida en una profunda depresión. Llevaba cinco derrotas consecutivas, un dato preocupante que, a la vez, solo era una pequeña porción de un problema mucho mayor. Su última victoria se remontaba al 17 de septiembre, apenas en la cuarta jornada de Liga. Desde entonces, el equipo dirigido por Oriol Alsina se había mostrado como un lindo gatito incapaz de lastimar a nadie. Con solo seis goles a favor, presentaba el peor ataque de toda la Primera RFEF.

En su visita a El Collao, todo cambió. Cuando se llegó al minuto 90, el marcador siguió reflejando el 0-0 inicial. Un resultado que, a pesar de no ser extraordinario, ya era positivo para la UE Costa Brava, pues le permitía escapar del infierno de caídas en que estaba metido. Segundos habían sobrepasado del tiempo reglamentario cuando Antonio Romero recibió el balón en la frontal del área y disparó un cañonazo que impactó en las manos de Fran Miranda. El árbitro fue testigo de la infracción. El Costa Brava iba a tener una última oportunidad. Oriol Alsina contuvo la respiración. Ale Galindo fintó, Antonio Romero engaltó la falta directa y envió el esférico a la escuadra derecha, imposible para José Juan. La UE Costa Brava lograba su primer triunfo en un trimestre.

Este fin de semana, el equipo afincado en Palamós recibirá a uno de sus oponentes por excelencia, el Nàstic de Tarragona. ¿Aprovechará esta rivalidad para seguir por la senda del triunfo o habrá sido la victoria ante el Alcoyano un mero espejismo?

Nàstic de Tarragona: reencontrándose con la victoria

Dicen que debes mantener cerca a tus amigos, pero aún más a tus enemigos. Esto mismo hizo el Nàstic. Al pasado domingo llegó inmerso en un mar de dudas, con seis jornadas seguidas sin ganar. La dinámica no era tan dramática como en Palamós, pues ‘solo’ tres de estos partidos habían resultado en derrota, pero sí que había provocado un terremoto en el seno de la institución. De soñar con el ascenso a rezar por la permanencia.

No obstante, igual que hizo la UE Costa Brava, la última jornada lo cambió todo. El Nou Estadi recibía la visita del flamante líder de la categoría, el Villarreal ‘B’. No parecía la situación propicia para romper la maldición. Pero eso, a los granas, les daba igual. En el minuto 58, el Nàstic se adelantó empleando su arma secreta: el balón parado. Esta temporada, los granas se han mostrado imparables en el juego aéreo. Un cabezazo de Pablo Fernández fue suficiente para otorgarle los tres puntos al ‘West Ham español’.

Si el triunfo permitió al Nàstic salir de una racha nociva, este fin de semana tendrá el reto y la posibilidad de salir de otra, y es que los pupilos de Raül Agné aún no han sido capaces de llevarse el botín de sus excursiones. Ocho partidos ha disputado fuera de casa en los que ha cosechado cuatro empates y cuatro derrotas. En estos ocho encuentros, el equipo tan solo ha anotado dos chicharros. Han sido ‘solo’ ocho jornadas, pero se han sentido como un ocho tumbado: infinitas.

Antecedentes