Es de sobra conocido que Luis Muñoz lleva al Málaga en su corazón y que el jugador, como ya hizo en el pasado, renunciará a cosas por seguir en el club de su vida. Eso es algo que todas las partes saben al momento de sentarse en una renovación que prolongue su contrato más allá del próximo 30 de junio, cuando expira el actual. Desde noviembre se sabe hay conversaciones, lentas, pausadas, a un ritmo de cocinado lento, pero que ahora mismo están bastante estancadas.
La razón es simple. El Málaga quiere atarle a largo plazo (se habla de tres campañas mínimo y alguna más opcional) y Luis Muñoz está por la labor. El problema es que lo que el Málaga le ofrece no gusta al jugador, que considera ha hecho méritos y esfuerzos más que generosos para que ahora, que el club ya no pasa por las apreturas económicas del pasado, debe valorar. Las diferencias son bastante importantes y ha hecho que la negociación encalle; pero que en ningún caso se rompa.
Luis Muñoz seguirá esperando por el Málaga mientras se recupera de su lesión. Pero él también espera que el club le corresponda con una oferta mejor. Todo queda a la espera.