A falta de el pitido final, el mercado de fichajes llega a sus últimos días. Con muchos equipos reforzándose con nombres contrastados y demostrando saber que el patrimonio de los clubes es la Primera División, aparece el Mallorca dejando tras de sí un rastro de decepción en los aficionados «barralets».
Con una serie de malos resultados a la espalda y con Luis García, entrenador del equipo, pidiendo a gritos refuerzos, Pablo Ortells ha sido capaz de traerle un portero de garantías, Sergio Rico, y por el momento nada más. Suena muy fuerte la incorporación de Vedat Muriqi, un delantero kosovar que lleva dos años casi inédito de cara a gol. Diversos medios dan cerrada la operación, pero lo que concierne a esta situación es la validez de un jugador que llegaría como un ofrecimiento y no como una apuesta personal del director deportivo. El valenciano ha demostrado, una vez más, inoperancia, falta de planificación y de iniciativa. En verano, le pasó exactamente lo mismo, esta vez, con Matthew Hoppe. La temporada anterior, el mismo caso con Marc Cardona.
Ninguno de los delanteros que han llegado a la disciplina bermellona bajo su brazo han rendido como se esperaba. Con 17 goles en 21 partidos, la posición de ariete se antoja clave para poder luchar en condiciones por la permanencia. La más que posible incorporación de Muriqi no es una demostración de intenciones. El jugador de la Lazio cobra cerca de 2 millones y el Mallorca se hará cargo de la totalidad de la ficha que le resta por cobrar esta temporada. Es decir, la entidad isleña tiene dinero en caja, pero no gente que lo sepa invertir.
El internacional por Kosovo suma dos temporadas a la sombra de Ciro Inmobile, pero no ha sabido asumir el rol de delantero suplente y este año se ha visto relegado totalmente al ostracismo. Lejos quedan sus buenos números en Turquía y en anécdota sus excelentes cifras con la selección nacional. La apuesta por él puede salir cara o cruz, pero no es el fichaje de contrastado nivel que se prometía a principio de mercado.
Posiciones cojas
Además de la punta de ataque, la planificación deportiva está siendo nefasta. Con la salida de Lago Junior, Febas y Sastre, se han perdido efectivos en zonas que deberían haber sido reforzadas. Actualmente, Pablo Maffeo no dispone de un compañero que le compita la posición. Se habla de Ander Capa, pero la situación con el Athletic no es fácil de manejar. En el centro de la zaga, el mejor fichaje posible es el de Antonio Raíllo, pero aparece la duda de cuando llegará a su máximo rendimiento. Sea como sea, el Mallorca ha competido durante seis meses con Russo, debutante en Primera y con Sedlar.
En los extremos, el equipo va necesitado de jugadores que ocupen la posición de manera pura. Jordi Mboula no está por la labor de poder luchar por minutos y Amath es el único extremo puro que cuenta para el entrenador. Por otro lado, de los asiáticos, sólo Kubo puede ocupar uno de los flancos, pero le falta continuidad y Kang In Lee se siente mucho más cómodo recibiendo entre líneas que tirado a banda. Antonio Sánchez tampoco es extremo, por mucho que Luis García se empeñe en usarlo ahí y Dani Rodríguez es el clásico ‘box to box’. En definitiva, hay tres posiciones que urgen de incorporaciones para poder presumir de una plantilla compensada y competitiva para la categoría. Faltan cuatro días para el cierre del mercado y a día de hoy, el Mallorca está en peores condiciones que a principio de Enero.