El calvario del trabajador Ansu Fati
Una nueva recaída pone en peligro la carrera del joven blaugrana
¿Se imaginan despertarse un día por la mañana y que su vida laboral no durase más de 15 años? Con lo que ello conlleva, claro: una vez transcurrido ese tiempo no volverían a ingresar ni una décima parte del sueldo que percibieran anteriormente.
Bien, ahora imagínense que, para más agravio, existiera una alta posibilidad de que en ese inicial período de tiempo tuvieran que ausentarse en repetidas ocasiones de su trabajo, que ese tiempo pudiera oscilar desde las 2 semanas hasta un año entero, y que para colmo, a su regreso se encontraran con que varios compañeros le han sustituido con creces durante su ausencia.
¿Sería horrible verdad? Pues esto es lo que les pasa a los futbolistas, siendo Ansu Fati el último damnificado por esta situación. Si bien son ciertos los múltiples beneficios que conlleva esta profesión, como la posibilidad de dedicarte a aquello que más te gusta cobrando millones, también lo son los perjuicios que pueden acarrear las lesiones.
Por desgracia y a pesar de su corta edad, la del joven extremo del Barcelona va camino de truncar su carrera. Tras más de 11 meses alejado de los terrenos de juego, el regreso de Ansu fue tan brillante como fugaz: anotó el gol de empate contra el Real Madrid en la Supercopa de España, y las ilusión por la vuelta del niño maravilla se esparció como la pólvora entre los seguidores culés… hasta que en el siguiente partido contra el Athletic Club en octavos Copa, los fantasmas recién espantados volvieron a hacer acto de presencia.
A situaciones desesperadas medidas desesperadas. Eso debió de pensar el jugador junto a su entorno cuando tomó la decisión de no volver a pasar por quirófano, reduciendo el tiempo de baja de 4 a 2 meses, pero multiplicando exponencialmente los riesgos de recaída.
8 semanas es por tanto el tiempo que tendremos que esperar para volver a ver a la promesa sobre los terrenos de juego, con el miedo en el Barcelona de que su carrera deportiva entre en declive como ya les ocurrió antaño a otros futbolistas.
Dichos jugadores tienen nombre propio, y son de sobra conocidos por el espectro futbolístico: Jesé con su lesión en los ligamentos, Álvaro Domínguez con su retiro a unos 27 prematuros años o Ronaldo Nazario con rompiéndose el cruzado son algunos de los casos más sonados.
Por ende, no queda más remedio que esperar y cruzar los dedos para que el trabajador Ansu Fati regrese en marzo a la oficina dónde más ha brillado: el Camp Nou.