La mutación del Mallorca

La llegada de Muriqi ha hecho abandonar el 4-2-3-1, pasando al 4-4-2

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Cuando se cerró el mercado de fichajes, el nombre de Muriqi resonó por toda la isla buscando en su figura una referencia a la que agarrarse. Ha tardado dos partidos en devolver la ilusión a una afición huérfana de resultados positivos. El kosovar aterrizó a un equipo sin referencia y con un modelo de juego alejado a lo que sus características necesitan.

A pesar de que Luis García se empeñase en decir que tenía entre sus preferencias el 4-4-2, nada más lejos de la realidad, lo probó en dos ocasiones, hasta la llegada del ex jugador de la Lazio. Desde su irrupción en Vallecas, el preparador madrileño ha cambiado su modelo para adaptarse a las virtudes de Vedat. El balance es de una victoria y un empate, pero la lectura es más profunda. Hay jugadores que se ven potenciados con esta formación que se habían estancado con el 4-2-3-1.

La nueva ordenación de las piezas sobre el terreno de juego ayuda a introducirse en un estilo mixto. La referencia de un delantero de 1,94 puede tender a abusar del balón en largo, pero los jugadores del Mallorca tienen un perfil asociativo interesante, que con esta formación viven un poco menos presionados por el rival. Los dos bandas al tener alma de interiores, se meten por dentro creando superioridad con pivotes y dotando de un carril libre para los laterales.

En los flancos se centra el poder de sorpresa de los Maffeo, Costa u Oliván de turno. Los laterales cogen serio protagonismo con esta idea. Ambos costados se antojan claves en cada ataque bermellón. La incursión por dentro de los extremos dota a los defensores de la condición de último pasador, siendo importantes en la ejecución de las jugadas.

Por otro lado, el acompañante de Muriqi es otro actor con protagonismo dentro de la escena. En este caso, Ángel ha acompañado al «7»mallorquinista en cada batalla. El canario vive de las dejadas del kosovar y de todas las caídas que provoca. Después de la primera probatura en Vallecas, en la que se vio poca conexión, ante el Cádiz parecía el asunto arreglado y ambos congeniaron a la perfección dejando jugadas de bella factura que sólo desbarató Ledesma.

En conclusión, la llegada de Vedat Muriqi ha sido el detonante para cambiar un esquema que se había quedado obsoleto y que sumaba más carencias que virtudes en el entramado bermellón. Ahora falta ver si la dinámica sigue siendo ascendente y el kosovar significa un antes y un después en la mutación mallorquinista.

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