Mbappé reafirma su posición como el mejor en la actualidad
Los de Pochettino vencieron a los blancos con un gol de francés en el 94
El Parque de los Príncipes ha recogido hoy, 15 de febrero de 2022, la ida de los octavos de final de la Champions League, entre el Paris Saint Germain y el Real Madrid.
Un duelo de egos que ambos conjuntos se veían obligados a vencer. El Madrid debía hacerlo, para validar su recuperación y su superioridad, después de perder la posibilidad de obtener la Copa del Rey. Por su parte, el PSG necesitaba ganar para dar un golpe sobre la mesa y demostrar que la plantilla que conformaron era la mejor del mundo.
El duelo comenzaba y ya demostraba como sería el encuentro. La superioridad del PSG se hacía notar. La primera ocasión de peligro caía en los pies de Ángel Di María, tras un pase de la muerte de Mbappé, que enviaba a las gradas.
Las ocasiones del PSG se sucedían y parecía que el mismísimo Dios había bajado para bendecir al equipo de Acnelotti, que se estaba salvando de ocasiones inimaginables, con un gran trabajo de Courtois, que se convertiría en el Cancerbero blanco, evitando que los franceses crearan una ventaja en el marcador.
La primera mitad se mantuvo en esa misma línea hasta los últimos minutos, donde los blancos pudieron retener el balón y crear alguna ocasión.
A pesar de todo las estadísticas y las sensaciones representaban algo claro; los parisinos estaban avasallando a los de Ancelotti, que no consiguieron conectar y se veían abrumados, teniendo unos Benzema y Vinicius apagados y un Carvajal totalmente superado por la velocidad de Mbappé, creando muchos huecos y vacíos en las defensa merengue.
La segunda parte iniciaba con el 0 a 0 en el marcador, pero las sensaciones post-banquillo ya no eran las mismas que en la primera parte, el Real Madrid salió con otras energías, o eso parecía.
La embestida blanca duró muy poco y Courtois tuvo que salvar los platos otra vez, tras un disparo a bocajarro de Mbappé que consiguió despejar in extremis. Los blancos volvían a estar encerrados.
Cuando te ves acorralado, el miedo te hace hacer cosas estúpidas, y eso le estaba ocurriendo al Real Madrid. Los blancos, buscando defenderse a toda costa, se volvieron más erráticos de lo que venían siendo, comenzando a propinar patadas y pisotones sin sentido, que desencadenarían en la tragedia.
Una penetración por la banda de Mbappé, que se internaba en el área blanca, significó una dura entrada de Dani Carvajal, que se lo llevaría por delante y provocaría un penalti en contra de los de Ancelotti.
La sentencia estaba servida, el mal rendimiento del Real Madrid, y un gol de penalti, sería la sepultura en el encuentro.
A pesar de ello, los merengues mantuvieron la fé, la fé en el belga, en el portero que tantas veces les había protegido. Messi se dispuso en el punto de penalti, disparo, y Courtois atajó. El silencio se hizo en el Parque de los Príncipes, y, automáticamente la euforia y los vítores de los pocos blancos en el campo se hicieron escuchar.
A pesar de ello, el ritmo se mantuvo. El PSG siguió apretando y los blancos vivían una pesadilla, no existían ocasiones y simplemente se presagiaba el gol francés, sobre todo tras la entrada de Neymar, formalizando así el tridente de ensueño parisino. Contra el Real Madrid por fin se encontraban en el campo Messi, Neymar y Mbappé.
Simplemente el descuento llegó, el Real Madrid tenía que aguantar apenas un par de minutos más, pero había un chico, un joven de 23 años que no estaba conforme con el empate.
Kylian Mbappé se adentró en el área, burló toda la defensa del conjunto blanco y encañonó un disparo que consiguió batir a Courtois, dando la victoria a los parisinos.
Esto se puso la victoria del PSG en la ida, dando un paso al frente y obligando al Real Madrid a marcar en la vuelta, que se disputara el próximo 9 de marzo en el Santiago Bernabéu.