Con la derrota de ayer en San Sebastián ante la Real Sociedad, Osasuna tan solo ha sido capaz de vencer ante uno de los diez primeros clasificados de la Liga, dejando pasar así buenas oportunidades para dar un golpe sobre la mesa.
El Villarreal es el único rival de la zona alta al que los rojillos han conseguido ganar. Fue en octubre cuando Osasuna captó todas las miradas gracias a un 1-2 que colocó al equipo en quinta posición con 17 puntos empatado con el Real Madrid (2º). Fue la cuarta jornada consecutiva ganando lejos de Pamplona.
Parecía que con esos números y las buenas sensaciones mostradas el equipo estaba listo para cotas más ambiciosas que la permanencia. Para conseguir ese tipo de objetivos siempre es necesario dar la sorpresa ante entidades de mayor talla para ir escalando posiciones que eleven la moral y que pongan en alerta al resto de adversarios directos.
La ilusión está viviendo en una continua montaña rusa en la que encuentran los aficionados de Osasuna. Las rachas de resultados positivos se entremezclan con malas actuaciones que devuelven a una realidad descafeinada a la que tal vez esté destinado el conjunto navarro.
Los hombres que dirige Jagoba Arrasate han perdido ante el Valencia, Betis, Sevilla, Athletic de Bilbao, Celta y Real Sociedad y Atlético de Madrid por partida doble. En casa empató frente al Celta en la segunda jornada, mientras que hizo lo propio en el Bernabéu y en El Sadar contra el Barcelona y el Sevilla.
La undécima posición de Osasuna con 32 puntos llama a la calma a falta de 12 fechas para finalizar el curso. El Villarreal visitará a los de Tajonar este sábado tras el 5-1 que endosó al Espanyol el pasado fin de semana. Los de Unai Emery se encuentran en pleno ascenso y está a tan solo un partido de la zona Champions, por lo que el choque se presume muy complicado.
Osasuna terminará un tramo complejo viajando a Barcelona, donde se medirán a unos culés que ya comienzan a traducir sus buenas sensaciones en goleadas que atemorizan a todos aquellos que les dieron por muertos tras un arranque liguero para olvidar.
David García y los suyos deberán ponerse las pilas para cerrar cuanto antes su presencia un año más en la máxima categoría. Ánimos no les faltarán. La hinchada puso toda su confianza en Arrasate hace un año y en este no está siendo menos, pese a esperar algo más de los suyos.