Espanyol, Getafe, Atlético,, Elche, Alavés, Barcelona, Granada, Sevilla, Rayo y Osasuna. Estas son las 10 finales que le quedan por afrontar al Mallorca para buscar la permanencia. Un calendario que se antoja difícil, pero que tiene como cónclaves tres citas ante rivales totalmente directos.
Los bermellones se agarran con vida fuera del descenso, a pesar de no sumar ni un punto en los últimos cinco partidos. Su última victoria fue ante el Athletic Club hace un mes. Tres puntos que le hacía llegar a los 26 dígitos y con la esperanza de sumar alguno más en Son Moix. Sin embargo, desde el Villamarín y con la ausencia de Galarreta, el equipo no es capaz de revertir la situación.
Con malas sensaciones de por medio, el Mallorca necesita cuánto antes cambiar la dinámica para poder alejarse de posiciones peligrosas. A su favor juega el nivel paupérrimo que tienen sus perseguidores a los que les cuesta lo mismo o más sumar. Sin embargo, el margen, que llegó a ser de 9 puntos, es mínimo y poco a poco se va recortando.
Sin mejoras palpables y con un calendario cercano poco propicio, los bermellones van de cabeza al pozo. El crédito de Luis García se va gastando y el tiempo apremia. Afrontar los últimos diez encuentros de otra manera es fundamental para poder coger aire antes del sprint final. Como decía un sabio, «La Liga se gana en los últimos 10 partidos». La frase de Luis Aragonés se puede extrapolar a la lucha por la supervivencia en Primera División.
Los 30 próximos puntos en juego dictarán sentencia. Clasificatoriamente, el Mallorca parte con cierta ventaja y puede jugar con ella, pero las vibraciones que muestra el equipo desde hace muchas jornadas son de descenso. Con tres victorias y dos empates sería suficiente para volver a disfrutar de la máxima categoría un año más. El dilema está en ver si son capaces de lograrlo.