Al finalizar el último clásico disputado en Arabia Saudí con victoria del Real Madrid por 3-2 frente al FC Barcelona, se abrió otra vez el debate sobre las formas de jugar a fútbol. El aficionado culé se fue angustiado por otra derrota en un Clásico pero ilusionado por el juego de su equipo. Por esto mismo, primero hay que exigir una idea de juego y después los resultados.
Por gracia, hay muchos estilos y cada uno con sus ventajas e inconvenientes. Esto es bueno para el fútbol. Se dice que si todas las personas fuéramos iguales, no tendría gracia. Pues en el fútbol, igual. Recuerdo que en aquel clásico que se jugó a principios de año por culpa de la Supercopa de España, se vio a un Real Madrid contragolpeador y a un FC Barcelona con más control y llevando la iniciativa del juego.
Dos estilos diferentes que a lo largo de la historia del fútbol se ha comprobado que ambos funcionan. El FC Barcelona de Guardiola, el Real Madrid de Mourinho, el Chelsea de Di Matteo, la España de Luis Aragonés y de Del Bosque, la Francia de Deschamps (en muchos partidos del Mundial 2018 jugaba con la velocidad de Mbappé y el juego directo sobre Giroud)… Estos son varios ejemplos de equipos ganadores que pusieron en práctica diferentes formas de jugar, pero totalmente efectivas. Diferentes pero ganadoras.
Recuerdo que al día siguiente, unos ensalzaban los contraataques merengues y otros alababan la capacidad de juego que tuvo el Barça, dominando a todo un Real Madrid. Después de leer crónicas, análisis y escuchar tertulias, me planteé la siguiente pregunta: ¿Ganar jugando “mal” o perder jugando “bien”?
Aquí mi respuesta. Yo prefiero perder. A lo mejor estoy loco pero creo que es lo más sensato porque el resultado final es algo que depende de muchos factores aparte que no tienen nada que ver con la forma de jugar; una lesión, un penalti, una expulsión, un error…
Jugar bien quiere decir que ese es el camino a seguir. Que los resultados llegarán. Pero, lamentablemente, en el fútbol, ni hay memoria ni hay paciencia. El causante de que el resultado positivo llegue es plasmar la idea del entrenador en el campo. Al principio costará, pero una vez asentada esa idea, la victoria estará más cerca. Por tanto, a mí dame equipos que pierdan partidos a corto plazo porque luego son esos los que van a ganar en un futuro. Prefiero tener una idea de juego clara en la que cada jugador sepa cuál es el lugar que ocupa, a un equipo que vaya “a verlas venir”, como hay quien dice, y termine ganando por el excelente nivel de sus jugadores.
Con esta respuesta se entiende un poco más lo que ha ocurrido con Xavi desde el mes de noviembre hasta hoy. Una vez se ha asentado el plan de juego, hemos visto que este Barcelona tiene todavía mucha guerra. Lo mismo le ocurrió al Real Madrid con Ancelotti en 2013, llegó, asentó las bases y ganó. Todo eso en un año.
Así que, como aficionados al fútbol que son, una recomendación, primero exijan una idea de juego. Todas son válidas. Desde el balón directo hacia el delantero hasta llegar a la cocina como hace el City de Guardiola. Pero recuerden, primero hay que exigir una idea de juego y luego pedir resultados.