Manita gironí ante una UD Ibiza desubicada

El encuentro de esta noche ha sido todo un monólogo de un Girona que ha dominado de cabo a rabo en Montilivi. Aunque ambos equipos se enfrentaban con el objetivo de clasificarse para playoff, tras el partido solo uno de los equipos tiene la mente puesta en eso en estos momentos. El Girona tenía más papeletas para mantener la lucha por el playoff, pero la UD Ibiza esperaba que la presión de un Cartagena que acababa de ganar le pudiera echar para atrás.

La primera parte tuvo un protagonista bien claro, que estuvo enchufado desde el primer minuto: Nahuel Bustos. El atacante de Girona, en calidad de cedido por el Manchester City, tuvo las ocasiones más claras al comienzo del encuentro y estuvo detrás del gol desde el principio. Tan solo un cuarto de hora necesitó para abrir el marcador con un cabezazo cruzado a pase de Álex Banea. Se ponía por delante el conjunto blanquirojo sin sufrir casi ningún acercamiento de los isleños.

El equipo de Míchel, lejos de conformarse, puso su mira a ampliar la ventaja ante la apatía de los visitantes, que no lograban reaccionar tras el gol encajado. Tras varios minutos, el Ibiza logró cerrar su primera ocasión del encuentro con una gran jugada de Cristian Herrara en la que se fue de un zaguero gironí con un caño y disparó buscando la escuadra local. Desafortunadamente, el disparo del ibicenco se marchó desviado, pero mostraba las buenas intenciones de unos visitantes que querían volver a verle la cara al encuentro.

Además, tras una protesta de Míchel por un penalti no pitado a Álex Baena en el área balear, el árbitro expulsó al técnico gironí. De esta manera, el encuentro parecía inclinarse a favor del Ibiza. Sin embargo, fue un mero alirón momentáneo, el Girona estaba más fuerte y lo demostraba cada vez que podía. Arnau y Bustos finalizaban más ocasiones de peligro, sin ver portería eso sí.

Pocos minutos después, el Girona puso tierra de por medio con un gol fantasma cuanto menos curioso. Bernardo cabeceó, su disparo pegó en el larguero e inmediatamente después en la espalda de Germán, que con muchos reflejos logró salvar el esférico de la línea de gol. Eso era lo que parecía, pero el VAR revisó la jugada y demostró que el esférico había superado la línea de gol, por lo que el gol en propia de Germán subía al marcador. Tras el gol, la UD Ibiza tendría la jugada más clara a su favor de la primera parte. Fran Grima remató en el área chica, pero Juan Carlos, providencial, salvó el esférico con una mano muy poderosa.

De haber estado más lento Juan Carlos, el guion del encuentro podría haber sido bien distinto. Sin embargo, con su parada, mantuvo el 2-0 que se convirtió en un 3-0 en la siguiente jugada. Germán se equivocó y le envió el balón a Bustos, que estaba totalmente desmarcado. El delantero gironí, solo contra el meta adelantado, se preparó una vaselina de categoría que cayó como una piedra a la portería, rozando el larguero pero entrando con eficacia.

Se acababa la primera parte con el encuentro dictado para sentencia. A falta de 45 minutos, el Girona le sacaba 3 goles de diferencia a una Ibiza que no había estado nada acertado en defensa ni ataque, y que había estado haciendo aguas en la gran mayoría del encuentro.

En la segunda mitad, los ibicencos buscaban, como mínimo, maquillar el marcador. Así lo demostró Herrera con un buen disparo que obligó a Juan Carlos a hacer una gran estirada para despejarla a córner. Pocos minutos después, se volvían a relamer los isleños: Castel disparó a la red en una jugada muy peligrosa en la que podría haber definido mejor.

A base de perdonar ocasiones de peligro, llegaría el cuarto gol del Girona. Esta vez era Álex Banea, a pase de Borja García quien superó a Germán con un disparo raso. No quedaba mucho de la UD Ibiza en el terreno de juego tras el 4-0, pero a pesar de eso, los ibicencos se negaron a perderle la cara al partido. Llegó, mucho más tarde de lo esperado, el ansiado gol. Goldar marcó a pase de Javi Lara para maquillar el marcador. Un 4-1 no sonaba tan doloroso como un 4-0. Y en la siguiente jugada los visitantes se quedarían a un fuera de juego de marcar el 4-2, que fue anulado precisamente por esto.

El Girona, que no quería arriesgarse a que la UD Ibiza cogiera moméntum en una posible lluvia de ocasiones, metió a Stuani para que hiciera lo suyo. Fue hacer acto de presencia el uruguayo, y originó un penalti a favor de los suyos. Él mismo lo resolvió a lo ‘panenka’ para firmar su decimoséptimo gol de esta temporada y la manita en este encuentro. Ahora sí, la UD Ibiza estaba completamente fuera del partido y miraba cada dos segundos al reloj a ver si pasaban más rápido los últimos minutos.

A pesar de tener el partido resuelto, Stuani tenía ganas de más y quería hacer el ‘set’, aunque no conseguía zafarse de los defensores visitantes. Con el abultado 5-1, se acababa la fiesta gironí en Montilivi, que celebraba 3 puntos de oro ante un rival más o menos directo en la lucha por clasificarse al playoff, puestos a los que ahora se amarraban con más firmeza que nunca.