Duelo de fútbol vistoso en Las Gaunas
SD Logroñés - CD Badajoz | Domingo, a las 12:00h | Trigésima jornada de la Primera RFEF | Estadio Las Gaunas, Logroño | Árbitro: Ruiz Álvarez | Una SD Logroñés que lucha por asegurar la categoría, recibe a un CD Badajoz que sueña con los puestos de playoff.
Septiembre de 1992 se hubiese recordado siempre en la maravillosa ciudad de Sevilla, por ser el último mes en el que se pudo visitar la EXPO’92. Esa gran Exposición Universal que pudo contemplar todo el mundo, para conmemorar una fecha histórica: el 500 aniversario del Descubrimiento de América. Cinco siglos de esa histórica fecha, que estuvieron llenos de celebraciones a ambos lados del «charco». Y que tuvieron como colofón final una de las mejores exposiciones universales de la historia. Sólo hay que ver la transformación y lo hermosa que quedó la ciudad de Machado o Cernuda. Pero como les decía sólo se hubiese recordado por eso, de no ser porque ese mismo mes y ese mismo año, aterrizaba en Híspalis el «Barrilete cósmico», Diego Armando Maradona. Casi nada.
Un servidor, que en esa época vivía en la capital del Guadalquivir, estaba una tarde tomando un café vespertino en el Arenal, con un buen amigo más bético que Heliópolis. Y, claro, estábamos hablando del fichaje del momento. Maradona en nuestra liga otra vez. Nuestro ídolo de la infancia. Pero surgía un problema, había fichado por el Sevilla FC y no por el Real Betis Balompié. Y así estábamos cuando en un momento de la charla, sabiendo que «El Diego» era el ídolo de mi amigo, le espeté: «Bueno, me imagino que no irás a ver a Diego, ¿no?. Por eso de que es en Nervión y tal…» Mi amigo, que lo más cerca que había estado del estadio de los «palanganas», era en El Corte Inglés de Nervión, me mira pausado, tranquilo, dando una calada larga a su cigarrillo rubio americano y me dice: «Juanmi, da igual que Diego esté ya casi acabado, incluso da igual que juegue con estos «palanganas. Yo por ver un control de Diego, o un regate en directo, si hace falta entro en el infierno y es lo que voy a hacer».
Y les prometo que en esto mismo pienso cada vez que veo a un jugador en el campo, sacar a relucir esos DESTELLOS que hacen que merezca la pena pagarse una entrada a cualquier precio. Como lo que ocurrió la semana pasada en el estadio Nuevo Vivero. Todos los espectadores pudieron ver a un jugador con el número 23 a la espalda, hacer auténticas diabluras. Y es que se pudo ver por fin esta temporada a un David Concha magistral. A un nivel de un jugador de primera división, pero de los que marcan diferencias. Cada intervención suya seguro que llevó a pensar a los más «puristas», que ya sólo con eso estaba amortizada su entrada. Independientemente del resultado. Fueron controles imposibles, regates vertiginosos o llegadas letales. Una forma de ocupar los espacios y de asociarse con los compañeros, que recordaba a jugadores de muy alto nivel. Y, lo mejor de todo, es que todo eso lo hizo a una velocidad endiablada. Lo que hizo más letal aún al extremo cántabro estando «on fire».
Para llevarse la victoria frente al Real Unión, el CD Badajoz se agarró a la enorme calidad de Concha. Pero también a la «cabeza» de Gorka Santamaría. Es curioso, pero la «suerte» del remate de cabeza ha estado infravalorada en estos últimos tiempos. Con la llegada del fútbol de toque. Y especialmente con la irrupción del «tiki-taka», made in La Masía. Pero hubo una época en la que los grandes rematadores estaban muy bien valorados y marcaban diferencias. Por citar ejemplos ilustres: Carlos Alonso González «Santillana» en el Racing de Santander y en el Real Madrid o Enrique Castro Quini, en el Sporting de Gijón y en el FC Barcelona. Y es que también hay que tener talento para marcar diferencias con la cabeza. Y es lo que hace el máxigo goleador de cabeza de esta temporada, Santamaría. Con una buena «cabeza», por dentro y por fuera, que sigue dando puntos importantísimos a su equipo.
Pero el de mañana no volverá a ser un partido fácil para el equipo de la capital del Guadiana. Visita un estadio histórico y se enfrenta a un muy buen equipo. Y además lo hará de nuevo con bajas sensibles en su once. Pues se pierden el partido por acumulación de tarjetas: Gorka Pérez e Isi Gómez. Y por roja directa, estando en el banquillo, Aitor Pascual. En el eje de la defensa no habrá dudas para su entrenador. Pues Truyols cuando ha tenido que ser de la partida, lo ha hecho a un nivel excepcional. Quizás hay más dudas para ocupar la plaza de centrocampista. La duda estará hasta el final entre Otegui y Adri Cuevas. El navarro cada vez que ha jugado lo ha hecho a un muy buen nivel. Pero parece que aún no tiene la confianza de su entrenador, Isaac Jové. Con todo esto, los blanquinegros se enfrentan a un dato demoledor. No han sido capaces de ganar, en la primera vuelta, a ninguno de los 8 rivales que les restan por enfrentarse. Pero como todos sabemos también, las estadísticas están para romperse.
En cualquier caso, mañana domingo a mediodía -por cierto una buena hora para un buen «Rioja«- no tendrá un partido fácil en absoluto el conjunto extremeño. Jugará en un estadio histórico, como lo es Las Gaunas. Y lo hará frente a un muy buen equipo, la SD Logroñes. Que, por cierto, es hasta ahora el único equipo que ha sido capaz, en lo que va de temporada, de quitarle el balón al Badajoz durante todo el partido. Y eso es decir mucho del conjunto de los «blanquirrojos». Y es que el conjunto jacarero quizás no esté tan arriba en la tabla como merece. A ocho puntos del descenso, aún le queda sumar puntos para la ansiada permanencia. Pero lo que no se le puede achacar al conjunto que entrena Raúl Llona, es que gusta del buen fútbol. De llevar el peso de partido, con un juego de toque que gusta y mucho al espectador.
Sin ir más lejos, a punto estuvo de puntuar la semana pasada en El Sardinero, ante el mejor equipo de la categoría, el Real Racing Club de Santander. Únicamente en un descuido en una contra, y con la calidad del nigeriano Cedric por supuesto, pudo el conjunto cántabro perforar la puerta del equipo riojano y llevarse los 3 puntos. Pero se pudo ver un partido muy igualado, con dominio alterno y con ocasiones por ambos bandos. Lo que demuestra que la SD Logronés no se achica ante nada y ante nadie, sin importar siquiera el escenario. Y que si está más abajo de lo que debiera es quizás por tener una plantilla corta, que le ha lastrado en algunos tramos de la temporada. Pero que no es el caso en estos momentos. Pues antes de esta derrota ante el líder del grupo I de Primera RFEF, los lucronienses llevaban 4 partidos sin perder, con tres victorias y un empate. No perdían desde el 19 de febrero, precisamente en el Stadium Gal, frente al Real Unión de Irún.
Por lo que podemos decir que la dinámica de los riojanos también es positiva en este final de temporada. En contra va a tener una ausencia notable, mañana en su partido frente a los extremeños. Y es que se pierde el partido, por acumulación de tarjetas, su jugador franquicia, Mario Soberón. Es una baja muy sensible, pues además de ser un jugador muy hábil aporta mucho fútbol, especialmente en ataque, a su equipo. Hasta el punto que es su máximo goleador con 9 dianas. Es de esperar que esta ausencia de su goleador, intenten suplirla con jugadores como Calderón o Ánder. O con tantos de su otro goleador, el 9 Jon Ánder.
En cualquier caso, esperemos que todos los espectadores que mañana reten el frío de Logroño y se acerquen a Las Gaunas, puedan ver un gran espectáculo. Mimbres para ello tienen ambas escuadras. De momento ninguno está en la zona de privilegio de la tabla, que son los 5 primeros puestos. Pero ambos equipos han desplegado un fútbol vistoso, dominador y valiente durante toda la temporada. Y quizás no todo en el fútbol sean resultados. Y bien pueden merecer el abono de una entrada, los destellos y la clase de esos jugadores sublimes en el verde. Y como diría mi amigo el «Verdolaga», en una calurosa tarde sevillana en el barrio del Arenal: «Yo por ver un control o un regate de Diego, pago lo que sea y entro en el infierno si hace falta».