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El cuento de hadas de Javier Imbroda

Se nos ha marchado Javier Imbroda de este mundo, pero no podemos dejar de nombrarle y recordarle,  y sobre poder contar su historia tan bonita que acabo siendo como un sueño llegando a conseguir cosas que nadie podia llegar a imaginar. El melillense comenzo su vida entre escoger si futbol o baloncesto, comenzo a jugar al futbol en el UD Melilla de Tercera División llegando incluso a jugar contra el Malaga en la Rosaleda, su Malaga natal, ni el mismo sabia que Malaga marcaria toda su vida.

A los 18 partió de Melilla para sacarse la diplomatura de Magisterio en Málaga. Por el camino, entrenó al colegio La Salle, enamorando tanto en el Campeonato de Andalucía que el Maristas, una de sus víctimas, acabaría dándole las riendas de tu equipo de baloncesto. «Es que en La Salle había más canastas que porterías», solía decir entre carcajadas para explicar su elección. Javier, que había regresado a su tierra nuevamente, aceptó la propuesta del centro malacitano: un puesto de trabajo como profesor de gimnasia de día y otro, por 25 000 pesetas al mes, como entrenador del equipo de básquet por las tardes y noches. «Llegué con dos bolsas de deporte y mi pasión por el baloncesto como único patrimonio», solía decir.

A sus tan solo 23 años, toma las riendas de un conjunto muy modesto, que habia ascendido de provincial a primera B en muy poco tiempo, las personas que vivieron aquellos años cuenta que el pabellón situado en la calle Victoria era un polvorin, una olla a presion, un ruido insoportable creado por los alumnos y los propios familiares de los jugadores. En este momento aparece la contratación de un jugador llamado » Mike Smith » que estaba jugando en Irlanda, a su llegado el propio Smith recomendó el fichaje de Ray y el modesto club accedió. Pues aquello sonó a catástrofe y ruina en los primeros entrenamientos, pero al llegar el primer partido la pareja formada por Mike y Ray consiguieron 47 puntitos y 15 rebotes, aquí se forja una pareja de leyenda.

Este equipo tenia su propio ADN, equipo divertido, alegre y sobre todo correr y correr.  «Es mucho más divertido correr», repetía, dándole la iniciativa a sus jugadores, a los que insistía en el aspecto psicológico: «El jugador debe divertirse, con melancolía no se gana». Un 4 de Mayo de 1988 este equipo llamado Mayoral Maristas lograba el objetivo que muy pocos creían, llegar a la elite de la ACB, en un partido en el que Ray y Mike anotaron 39 y 31 puntos respectivamente. Con tan solo 27 años, el entrenador melillense estaba en la elite, pero seguía siendo ese muchacho normal y corriente, solo se vio obligado a dejar su trabajo de profesor para centrarse en el Maristas de ACB. «Quiero jugar contra el Madrid o el Barça. No entrenarlos, sino competir con mi Maristas. Y ganar». Ocurrió. «Aunque todos nos vean como equipo pequeño, debemos tener vocación de equipo grande». Ocurrió. «El Caja de Ronda tendrá diez veces nuestro presupuesto, pero podemos estar por encima de ellos». Y sí, también ocurrió. Los derbis malagueños bien darían para otro documental. Dos hinchadas muy fieles, muy leales, hermanas y rivales. Ese equipo competía, hasta el punto de alcanzar un notable balance de 22 victorias y 14 derrotas en su primer curso. En la siguiente temporada, la 1989-90, el Mayoral Maristas acabó la primera fase en segundo lugar, con un 15-7, y en la tercera llegó a octavos de final, cediendo contra el Fórum. Únicamente sufrió en su última campaña en la élite, la 91-92, si bien incluso en los días más duros de aquel cuento de hadas el conjunto supo responder, salvando la categoría tras superar al Coren Ourense por 3-0 en el Playoff por la permanencia.

Aquel sueño de Maristas acabaría con la permanencia, y jamás descenderían. En el año 1992 se celebraban los JJOO de Barcelona, y la seleccion lituana se presentaba con un gran conjunto, históricos como MarciulionisKurtinaitisHomicius… todos ellos guiados por el gran Arvydas Sabonis. «No sé por qué se han fijado en mí, no he invitado a cenar a nadie» decía Imbroda, pues bien, el seleccionador Garastas se fijo en el como ayudante y conseguirían el bronce, como aquel que dice fueron la mejor selección de jugadores humanos, ya que la medalla olímpica fue para el Dream Team y la plata para la Croacia de Petrovic, Kukoc, Radja….

Y llega el año del cambio, Caja de Ronda y Mayoral Maristas se fusionaban, naciendo un Unicaja-Polti que, una vez perdido su apellido, se convirtió en una realidad inalterable en el tiempo. Tres décadas después, sigue prevaleciendo en la élite. No hubo mejor arquitecto de Imbroda, capaz de rechazar las tentadoras ofertas de Zalgiris y Real Madrid para sacar adelante un proyecto que le ilusionaba tanto como el inicial de Maristas. Otro equipo de cantera, con lo mejor de cada club. De Nacho Rodríguez a Curro Ávalos, pasando por Dani Romero, Ernesto Serrano o Gaby Ruiz, criados en la casa. La experiencia de Alfonso Reyes, la explosión de Manel Bosch. Y una de las tripletas foráneas más carismáticas de la historia acb: la amenaza exterior de Serguei Babkov, la intimidación de Kenny Miller y la magia e inspiración de Mike Ansley. Llegaron  a la famosa final del 95 contra el todo poderoso Barcelona de Aito, y que final, que emoción, pusieron contra las cuerdas al Barça pero Ansley erro el triple y viajaron al Palau al 5º partido donde no pudieron obrar el milagro.

En menos de una década, el profe de patio de colegio había pasado a disputar la entonces denominada Copa de Europa, donde su Unicaja compitió de tú a tú con los cocos del básquet continental. Los malagueños cayeron a la heroica, con Imbroda a punto de marcarse un Ferrándiz contra el Ulker, renunciando a anotar en los minutos finales y forzando una prórroga mágica que por poco mete al cuadro cajista entre los 8 mejores de Europa. Fue su última página de gloria en su Málaga, que cambió en el verano del 98 por la vecina Sevilla.

En el caja San Fernando siguió haciendo disfrutar a la afición, y sobre todo acercando a los equipos mas » humildes » a estar en la gloria del baloncesto, en Sevilla llegaría a la final de copa donde perdería frente al todo poderoso baskonia de Scariolo, y en liga perdería la final frente al barça. El caja San Fernando era un equipo liderado Andre Turner, Manel Bosch y el mismísimo Mike Smith, además de Richard Scott, Nacho Romero, Anderson Schutte, Chuck Kornegay o el veterano Salva Díez. Todo un equipazo.

Y llego el momento de la seleccion española, desde el 95 llevaba como ayudante de Lolo Sainz , Y en el 2001 llego el momento de ser seleccionador, e Imbroda aceleró el cambio de ciclo apostando fuertemente por los Júniors de oro, dándole galones a Navarro y Raül López y abriendo la puerta a Felipe Reyes y Pau Gasol«Que no sea una generación más que se queda en el camino». En el Eurobasket de Turquía conquistó el bronce, su tercera medalla internacional y la primera al frente de una selección, con un monstruoso Pau Gasol ganándole a Dirk Nowitzki una batalla de ciencia ficción por la tercera plaza. Al año siguiente el alemán se vengó en cuartos del Mundial de Indianápolis, donde los de Imbroda se dieron el gustazo de ganarle a Estados Unidos en su propia cancha (75-81) para llevarse la quinta plaza del torneo. Poco premio para tanta gesta, en un torneo en el que también dio la alternativa a otra futura leyenda, José Manuel Calderón. Más allá de la victoria contra los Reggie Miller, Paul Pierce, Ben Wallace y demás estrellas del firmamento NBA.

En el verano de 2002, otro verano movidito el Real Madrid le ficha de la mano de Lolo Sainz, se ve obligado a dejar la selección pero emprender un nuevo reto, el cual no tuvo el respaldo deseado, un primer año horrible dejando al Madrid fuera de playoffs fue del detonante de su cese. Tal fue su decepción que decidió apartarse de los banquillos hasta el año 2006, donde ficho por Valladolid y salió bien salvando en su primera temporada al equipo del descenso, algo que no pudo repetir ni en la 2007-08, en Pucela, ni tras llegar de apagafuegos en la 2008-09 al ViveMenorca.

Este fue su final en los banquillos, pero siempre dejo una huella imborrable en nuestros corazones y en el baloncesto.

@chemilinqui

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