Leipzig y Atalanta se satisfacen a medias
En un segundo tiempo de antología, alemanes e italianos igualaron (1-1) en un encuentro que bien pudo ser para cualquiera.
No las tuvo de todos los colores y sí se llevó muchos sustos, pero puede decirse que el Leipzig sigue con opciones en la UEFA Europa League. Cayeron los germanos muy rápido en el guion de una Atalanta que se hace fuerte llevando la ventaja. Sin embargo, pudieron al final tumbar el muro transalpino para hacer del choque un toma y daca divertido sin ganador (1-1). Un atisbo de lo que será la vuelta de estos cuartos de final.
Fuerte lombardo
Por más irregular que sea la Atalanta esta temporada, es en Europa donde están exhibiendo todo su pedigrí. Lo saben ellos mismos, lo supieron los oponentes que dejó en el camino y también un Leipzig que apaciguó mucho para alejar el peligro. Aunque contener el huracán bergamasco para nada es tarea sencilla, puesto que cuando miran portería, no frenan hasta saciar su sed de gol. Así las cosas, Muriel lo dejó más que claro. El colombiano entró imparable hasta el área y sacó un derechazo que le sacó las telarañas al arco de Gulácsi (16′). Silencio absoluto en el Red Bull Arena, calentado por la postura pasiva de los ‘toros’. Estos no tardarían en llevar las manijas del partido, pero más obligados por su contrincante que por voluntad propia.
Encontrando rápidamente ritmo, sincronía y dominio en juego posicional, el Leipzig pudo tomar la batuta del duelo. No obstante, cercar y rotar el balón de un lado a otro es distinto a profundizar como una daga. La Atalanta tampoco lo hacía sencillo, ya que plantó un muro negro y azul por delante del local (como ya suele ser costumbre en sus travesías en el continente). Muy desgastante para una escuadra que de por sí ya está fundida, sí, mas eso le permitía encontrar vías libres que explotar. Casi el tiro les sale por la culata cuando en una confusión dentro del área, Pessina le dejó el balón servido a un André Silva que afortunadamente mandó el balón al palo. Aquello sirvió de empuje a los de Tedesco, que bombardearon sin cesar en busca de encontrar el gol del empate antes del entretiempo.
Y pudo ser para cualquiera…
Mantuvo las fuerzas el Leipzig en la reanudación, ganando metros y ocupando más espacios con mucho juego posicional. Intuyendo lo que se venía, la Atalanta trató de hacer del césped un campo de batalla. Su presión respondía al toque germano en un duelo de que llevó a ambos a arriesgar como suelen. Y, de esta forma, comenzó la diversión. Muriel, con un tiro bloqueado por Gulácsi, y Olmo, que remató alto en la frontal, buscaban un gol que no llegaba. Ni siquiera desde los once metros. Nkunku de manera ingeniosa, se sacó del bolsillo un penal ante un Demiral que estaba sublime. Musso evitó el tanto de André Silva y el posterior rebote. Desafortunadamente, al instante Angeliño puso un centro envenenado que Zappacosta, junto a Orbán, mandaron dentro de la portería (58′).
Tras ello, Gasperini puso toda la carne en el asador. Con Zapata de vuelta en el campo fijando centrales y estirando a sus pares arriba, los norteños tuvieron tres chances seguidas claras. Scalvini y Koopmeiners erraron en buenas posiciones, incluyendo otro tiro al palo. Estaba desatada la ‘Diosa’, que no dejaba de recuperar balones en zonas altas y asediar en el último tercio. Parecía acorralado el equipo de la Red Bull hasta que empezaron a encadenar una serie de punzantes transiciones marca de la casa. Olmo, Laimer y Szoboszlai tuvieron sus ocasiones. En especial el húngaro, que ni tirándose en plancha ni disparando con fuerza el balón pudo sellar la remontada. Aunque también Demiral pudo dictar lo contrario. Como fuese, el Leipzig y la Atalanta encontraron una satisfacción a medias.
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