Osasuna mira a Europa en Mestalla

En la jornada vespertina de La Liga Santander se enfrentaban do clásicos del futbol español, Valencia y Osasuna, ambos consolidados y con el billete para la próxima campaña intentarían ganar para pelear por algo más. Ambos equipos llegaban con rachas diferentes, y eso que tan solo les separa un punto en la tabla clasificatoria.

La igualdad con la que empezó el encuentro siguió intacta al descanso. Ni Valencia ni Osasuna hicieron lo suficiente para desequilibrar el conteo y, de momento, ambos estaban desperdiciando la oportunidad de arrimarse a puestos europeos.

Los de Arrasate lo intentaron con constantes balones a la banda. Respecto a ocasiones, un tiro del Chimy que se envenenó al tocar en Guillamón y dio en el palo y otro desde fuera del área de Moncayola fueron las más relevantes.

Los de Bordalás gozaron de sus mejores minutos cuando sus dos hombres de arriba, Hugo Duro y Gonçalo Guedes, se animaron. Bryan Gil, siempre desequilibrante y de menos a más, amenazó con un lanzamiento que pasó cerquísima del segundo palo.

En el segundo tiempo llegó el gol y lo hizo desde los once metros. No tuvo ninguna duda el Chimy a la hora de coger el balón, plantarlo en el punto fatídico, tomar aire y coger carrerilla. El argentino avanzó con paso firme hacia el cuero y se sacó un tiro potentísimo. Tocó Mamardashvili, pero no pudo hacer nada ante la potencia del lanzamiento.

Consiguió igualar poco después el Valencia pero no subió al marcador. Lo revisó el VAR porque era posible que Guillamón golpease el esférico con la mano al rematar. Acudió Melero López al monitor. No valía el empate a 1. El partido se rompía por momentos. Las llegadas se sucedían en las dos áreas.  Se encaraba el tramo final de partido con el segundo de Osasuna obra de Budimir. El delantero croata continúa con su idilio con el gol: ya van cuatro jornadas consecutivas marcando. Rubén García recibió en la banda, centró, Budimir le ganó la espalda a Cheryshev y se impuso imperial en el duelo aéreo para cabecear al segundo palo ante el desconcierto de Mamardashvili.