El Gran Premio de Emilia Romagna supuso una nueva pesadilla para Lewis Hamilton. El heptacampeón se quedó fuera de los puntos en una carrera en la que no hubiera tenido incidentes por primera vez desde 2009 y fue superado con creces por su compañero George Russell, que terminó en una meritoria cuarta posición. Tras la carrera, Hamilton se quejó de la falta de rendimiento de su Mercedes, pero todo apunta a que sus problemas no solo tienen que ver con el ritmo del Mercedes W13.
Sin ritmo durante todo el fin de semana
El Gran Premio de Hamilton fue para olvidar. En la primera sesión del Gran Premio de Emilia Romagna, sufrió para entrar en la Q2 y acabó clasificando en una decimotercera posición. Pero las cosas solo pudieron ir peor en una carrera al sprint en la que, lejos de remontar hasta las posiciones que cabría esperar del tercer equipo de la parrilla, el británico empeoró la posición del viernes y firmó un decimocuarto puesto que condicionaría la carrera del domingo anterior.
Una carrera frustrante
El diluvio que cayó sobre Imola el domingo por la mañana le daba a Hamilton una nueva oportunidad. Ante la falta de ritmo, una carrera caótica y agitada podría ayudar a que el talento del británico compensase la falta de ritmo que le lastró durante todo el fin de semana para escalar hasta las posiciones de puntos. Pero ni siquiera la lluvia pudo disimular lo incómodo que se sintió Lewis con el Mercedes. Tampoco pudo aprovechar el accidente de la salida en el que Carlos Sainz, Fernando Alonso y Daniel Ricciardo, que eran inamovibles en las posiciones de puntos, quedaron fuera de la pelea.
A pesar de estar en la pelea por las últimas posiciones de puntos durante toda la carrera, el británico fue incapaz de superar al grupo formado por Lance Stroll, Alex Albon y Pierre Gasly, que consiguieron retenerle durante las 63 vueltas. Por eso, y tras los mensajes derrotistas que lanzó Hamilton a través de la radio, al cruzar la línea de meta recibió las disculpas de Toto Wolff, jefe de equipo de Mercedes, por darle “un coche inconducible”.
Las palabras de Toto Wolff a Hamilton tras una de las carreras más duras de su vida
"Lo siento por lo que has tenido que conducir. Sé que es inconducible. Ha sido una carrera terrible"#ImolaDAZNF1 🇮🇹 pic.twitter.com/MPX8nOLHqg
— DAZN España (@DAZN_ES) April 24, 2022
Hamilton, superado por Russell
Pero lo más doloroso para el heptacampeón no es estar lejos de la pelea por el título, sino ver que su compañero de equipo le gana la partida, más aún teniendo en cuenta que lo está haciendo en su primera temporada en Mercedes. La cuarta posición de Russell demuestra que el coche no es tan inconducible como afirman Wolff y Hamilton, sino que el problema lo tiene el piloto de Stevenage.
No es la primera vez que Hamilton tiene este tipo de problemas con el Mercedes W13 esta temporada. Ya le sucedió en Arabia Saudí, donde cayó eliminado en la Q1 mientras Russell fue el mejor del resto. Es evidente que el expiloto de Williams se ha adaptado mucho mejor al nuevo monoplaza, lo cual le permite estar peleando en la parte alta de la parrilla, y esto provoca una gran presión hacia Lewis Hamilton.
La falta de motivación, un fantasma que asoma en la cabeza de Hamilton
Los mensajes derrotistas del piloto británico se han convertido en la tónica habitual desde el inicio de la temporada. En Bahréin se quejó de la falta de ritmo del Mercedes. En Jeddah preguntó irónicamente por la radio si le daban algún punto por la décima posición. La situación se repitió en Australia, donde se mostró abiertamente decepcionado con el equipo por la estrategia que puso a Russell por delante. Y este fin de semana en Imola completó un Gran Premio en el que se le vio totalmente apagado.
Esto demuestra que el problema no es únicamente deportivo ni de rendimiento del monoplaza. La cabeza de Hamilton no está programada para perder, y mucho menos para ni siquiera poder pelear por la victoria. Ya le sucedió en su etapa en McLaren, cuando su rendimiento cayó drásticamente en el momento que el equipo dejó de tener un coche ganador, viéndose superado por Jenson Button. Una década después la historia se repite. Nadie pone en duda el talento de Hamilton, ni que debería superar a Russell, pero su fortaleza mental sí que despierta sospechas.
¿Volverá?
No sería el primer caso de un gran campeón cuya motivación se diluye al no poder pelear por victorias y títulos, pero este inicio de temporada no está a la altura de la leyenda que es todo un siete veces campeón del mundo, y que incluso ha sido puesto a la par o incluso por encima de quien demostró ser siempre una mente hecha para girar un volante, especialmente en los tiempos turbulentos, como Michael Schumacher. Solo cabe esperar que, con las mejoras programadas por Mercedes a partir del GP de Miami, Hamilton recupere su nivel, porque la Fórmula 1 no es lo mismo si el piloto más laureado de la historia se diluye en la parte baja de la tabla.
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