A la UD Logroñés y al Badajoz solo les valen los 3 puntos en Las Gaunas
UD Logroñés - CD Badajoz | Sábado, a las 20:30h | Trigésimo séptima jornada de la Primera RFEF | Las Gaunas, Logroño | Árbitro: Escriche Guzmán | La UD Logroñés y el CD Badajoz juegan mañana en Las Gaunas una finalísima, pues el que pierda quedará fuera de la lucha por los playoff de ascenso.
En los días previos a la final del Mundial de México ´86 sucedió una anécdota que define muy bien a sus protagonistas. Sobre todo a uno de ellos. Pero que también nos deja muy a las claras, quienes son los verdaderos protagonistas en esto del balompié y quienes son meros espectadores, actores secundarios o, si me lo permiten, simples generadores de opinión. Sucedió en uno de los últimos entrenamientos, previo a la finalísima, de uno de los dos finalistas de ese extraordinario mundial mexicano. Al acabar el entrenamiento conversaban los dos amigos, sobre como jugar y como doblegar a la incombustible Alemania Federal de Schumacher, Brehme, Littbarski, Matthäus, Völler o Rummenigge. Vamos, casi nada al aparato. Al fondo había un grupo muy numeroso de periodistas que esperaban pacientemente para entrevistar al mejor jugador del planeta. Y en esas que el «Barrilete cósmico», se gira mirando a dichos periodistas y le espeta a su amigo: «A ninguno de estos le gusta el fútbol». Su amigo, para alentar la conversación le contesta: «mentira, podemos discutir si saben realmente de fútbol o no, pero gustarle les gusta a todos».
Y, claro, no podía quedar ahí la cosa. El «Astro» del balón le propuso una apuesta a su compañero, y sin embargo amigo. Y así se apostó con él que si colaba un balón justo en medio del rondo que tenían hecho los periodistas, que andaban en amena conversación, seguro que se lo devolvían con la mano. El pequeño hombre que tenía un guante en el lado del corazón, golpeó el esférico con una precisión exagerada. Y el balón cayó, evidentemente, justo en medio de todos ellos. El más decidido se acercó al balón, lo agarró con las dos manos, dio unos cuantos pasos rapiditos para acercarse a los dos internacionales y les entregó el balón. El astro argentino sonrió y le dio amablemente las gracias. Su amigo, que había perdido la apuesta, como medida de defensa, le argumento: «pobre tipo, le dio verguenza alcanzártela con el pie, por el respeto que te tiene y, sobre todo, por ser quién eres…» Su amigo de nuevo sonrió…
Esta entrañable anécdota nos deja meridianamente clarito quienes son los actores verdaderamente importantes en esto del balompié. Los que entienden de verdad de esto. Los 22 gladiadores que se miden en el césped. A los demás, aficionados y los que encima opinamos, quizás nos guste el fútbol. Pero sólo hacemos eso, opinar o generar opinión. Y así va a ser la finalísima que se jugará mañana en el mítico estadio de Las Gaunas. Serán los 22 hombres que sean de la partida los que tengan en sus botas la gloria o el fracaso. Porque así de intenso y definitivo es casi siempre este deporte. Como local tendremos a la UD Logroñés, que viene de perder el derbi jacarero en ese mismo estadio. Cayendo contra un superior SD Logroñés, por 3 goles a 2. Y es que el conjunto lucroniense que entrena el catalán Albert Aguilá, viene con una inercia muy negativa en estas últimas jornadas. Cuando parecía que tenía asequible meterse en los puestos de playoff, ha empezado a perder puntos de una forma preocupante.
Da la sensación que es un equipo que ha empezado a notar y a no aguantar la presión de las últimas jornadas de liga. Dónde, cómo hemos visto, cada partido es una final. Es un poco contradictorio. Pues la UD ha sido un equipo muy fiable todo el año. Sin grandes alardes en cuanto a juego, pero sí muy efectivo. Controlando muy bien los tempos de los partidos. Pero una cosa es cierta, que ha perdido nada más y nada menos que 4 de los últimos 5 partidos. Se le han esfumando doce de los últimos quince puntos. Y esos no son números como para aspirar a un playoff, que está tan competido hasta el último minuto. No obstante, el estar compitiendo en una liga tan igualada de principio a fin, y el haber hecho las cosas bien en la primera parte de la temporada, hacen que los riojanos sigan con vida y tengan las opciones intactas para aspirar al ansiado playoff. Eso sí, una nueva derrota los dejaría fuera y un empate los dejaría a merced de otros rivales, con mejor calendario final. Por lo que a los rojiblancos sólo les vale ganar o ganar. Para ello confiarán en jugadores de extraordinaria calidad como su goleador Guarrotxena. O en su talentoso extremo Alfaro, que ya marcó un auténtico golazo en el partido de ida en el Nuevo Vivero. Y que ayudó y mucho a la victoria final a domicilio en el estadio pacense. Acude al encuentro de mañana con la baja por sanción de dos partidos de su portero suplente, Joaquín Miralles.
Pero esta vez, en el partido de vuelta, tendrá como oponente a un CD Badajoz que sí viene con la flechita hacia arriba. Y que no tiene nada que ver con el de la primera vuelta. Con una sola derrota en los últimos ocho partidos. Esto nos dice claramente lo mucho y bien que está trabajando el equipo pacense. Sin ir más lejos viene de enfrentarse en la capital del Guadiana, a uno de los mejores equipos de la categoría, el Celta B. Y aunque el partido acabó en tablas, honestamente hay que decir que el Badajoz fue superior en todas las facetas del juego. Fue capaz de llevar el peso del partido, casi la totalidad del tiempo. Quitando el balón a un rival muy bueno técnicamente, como lo es el filial celeste. Es cierto que en un descuido, dejó correr a los gallegos. Y una sola vez que tuvieron espacios no perdonaron, demostrando su calidad. Pero ni así se amilanó el conjunto blanquinegro que, sustentado en un magistral Concha, un incombustible Santamaría y unos geniales Adilson y Aquino, qué por fin llegaron cuando más se les esperaba, no sólo tuvo el balón sino que fue capaz de generar muchas ocasiones de gol. Hasta que en una de ellas su goleador Santamaría, pudo percutir las red rival. De ese gran partido, aunque no es el estilo de esta columna, hacer una pequeña reseña del arbitraje. Pues la RFEF, tiene que hacérselo mirar y revisar arbitrajes tan lamentables como el del domingo pasado en Extremadura. Lo que está meridianamente claro, es que hacen un flaco favor al espectáculo.
Al partido de mañana el Badajoz llega con la baja segura por lesión de Otegui y por sanción del Zelu. Y seguirá siendo baja su extraordinario lateral madrileño, Dani Fernandez. Pero recupera jugadores muy importantes que se perdieron la última jornada. Como Clemente y Adri Cuevas. Especialmente sensible fue la baja del extremeño Clemente, que se encuentra en su mejor momento de la temporada. Al joven jugador pacense le ha costado un poco hacerse a la nueva categoría y a su nuevo status, de jugador referente y muy importante en esta plantilla. Pero en los últimos partidos ha encontrado su forma y su sitio en el equipo y en el campo. Y está siendo decisivo para su equipo. Tanto por su extraordinaria labor defensiva, como por su calidad y su potencia en ataque. No deja de percutir todo el partido, contra la defensa rival. Y si en los próximos dos partidos sigue subiendo su nivel, será un quebradero de cabeza para sus rivales.
Lo que está meridianamente claro es que el conjunto blanquinegro depende de si mismo, como los riojanos. Pero, al igual que ellos, ya no tiene margen de error. Como el que tuvieron hace dos semanas en Pucela. La derrota los dejaría matemáticamente fuera de la lucha por los playoff. Eso es un hecho. Un empate los dejaría con vida, pero seguramente a merced de al menos tres rivales: UD Logroñés, Real Unión y Unionistas. No contamos al Rayo Majadahonda, porque se medirían a los pacenses en la última jornada de liga en Estremadura. Por lo que como apuntamos con los riojanos, a los extremeños sólo les vale realmente ganar o ganar.
Y únicamente son ellos, los 22 hombres que salten al extraordinario estadio de Las Gaunas, los que pueden ganar esta finalísima entre riojanos y extremeños. Ellos son los auténticos protagonistas en esto del balón. El resto quizás no sepamos tanto como pensamos. Aunque no sé si hasta el punto y la conclusión que llegó el mejor jugador que vieron los tiempos, Diego Armando Maradona. Con su gran amigo Jorge Valdano, aquella tarde de entrenamiento días antes de la gran final del mundial en el Estadio Azteca, de Ciudad de México. Diego, ante la incredulidad de su amigo «El filósofo», a creer que a los periodistas ni siquiera les gustaba el fútbol, también tuvo respuesta para eso. Y, mirando a su amigo con su sonrisa sempiterna, le espetó: » Si yo estoy en casa del Presidente de la Nación Argentina con un smoking y me llega una pelota embarrada, la paro con el pecho y la devuelvo como DIOS manda». Fin de la cita.