Pol Domingo I, nuevo emperador de Tárraco. A lo largo de la temporada, en el seno de la afición del Nàstic se había organizado una campaña que exigía que el canterano se hiciera con la titularidad en el lateral derecho en detrimento de Carlos Albarrán, que parecía ser el favorito de Raül Agné. En las últimas jornadas, el joven de 22 años ganó la partida a su compañero a base de una serie de actuaciones sobresalientes. Volvió a estar en el once en la primera de las dos finales que le quedaban a los granas y suyo fue el gol que encerró los tres puntos en la caja fuerte del Nou Estadi, emulando el chicharro que Amandine Henry había firmado instantes antes en la final de la Champions League femenina. El sueño del ascenso sigue bien vivo en Tarragona. En Sevilla, aún deben terminar los deberes y consumar la salvación.
Nàstic de Tarragona | 1 | 0 | Sevilla Atlético |
---|
Improvisa. Adapta. Supera
El Nàstic es un club metódico, académico, arquitectónico. Raül Agné trabaja con una pulcritud extrema y cada uno de sus gestos, cada una de sus palabras, están medidos con un margen de error que tiende al cero. Tiene siempre sus esquemas pasados a limpio y usa distintos bolígrafos y subrayadores para que sea más sencillo comprender la información de manera visual. Al final, serán otras personas las encargadas de efectuar su plan y es vital que sean conscientes de lo que implica hasta el más mínimo de sus movimientos. «Te hace pensar», reconoció Javi Ribelles.
Sin embargo, este sábado, el dibujo trazado por Raül Agné fue descartado sin previo aviso. El técnico aragonés dio positivo en covid-19, por lo que su mano derecha, Dani Vidal, tuvo que ocupar su asiento en el banquillo grana. Con la frescura juvenil que le caracteriza, no sorprendería que, en lugar de la típica charla prepartido, el interino optara por proyectar la final de la Champions League femenina.
En el Juventus Stadium de Turín, Amandine Henry hizo enmudecer a los miles de aficionados blaugranas presentes en las gradas con un zapatazo desde la zona de tres cuartos que perforó la red. Nada pudo hacer Sandra Paños para detener el misil, que impactó de lleno en la diana colgada en la escuadra. El Lyon se adelantaba en el marcador cuando apenas se habían sucedido cinco minutos desde el pitido inicial.
De Turín a Tarragona
«Força, Nàstic, campió», se escuchaba en las gradas del Nou Estadi antes de que los jugadores saltaran al terreno de juego. El conjunto tarraconense sabía que, si quiere mantener vivo el sueño del ascenso, debía ganar los dos partidos que le quedan. Enfrente tenía a un Sevilla Atlético que aún no ha consumado la permanencia. Mucho en juego y mucho a perder. Ya habían avisado los granas tras un centro de Joan Oriol, posterior a un flemático recorte ante Valentino, al que ni Trilles ni Édgar Hernández alcanzaron a rematar. Pero una vez llegó el minuto cinco, se consumó la magia.
El gol de Henry en Turín había llegado previa una recuperación de balón de la propia centrocampista francesa. El Nàstic, especialista en el juego combinativo, empleó su experiencia en la lucha tag team. Le han permitido copiar los deberes, pero le han pedido que cambie algunas cosas para que no se note. Joan Oriol trajo la calma al centro del campo y cedió el cuero a su derecha. El esférico rebotó en la media luna y lo enganchó Pol Domingo con una volea que se coló en la escuadra derecha de la portería sin llamar antes al timbre. Inútil fue el vuelo de Javi Díaz. Acababa de calcar el gol de Henry. El público tarraconense llevaba meses exigiendo más galones para el joven defensa y cada vez quedan menos argumentos que justifiquen dejarlo en el banquillo.
Desde ese momento, dio inicio un monopolio de juego de los chicos de Dani Vidal, arengados por un ambiente festivo. Dani Romera lo intentó de cabeza; Quintanilla, con un testarazo a la salida de una falta; Del Campo, desde fuera del área; Robert Simón no llegó a disparar, pero provocó las onomatopeyas del respetable tras un caño a Juan María tras caer al suelo. En medio de la odisea, Zarzana y Capi, ambos desde los afueras del Nou Estadi, fueron el oasis en medio del desierto sevillista.
Golpe de realidad
Los de Alejandro Acejo estaban completamente irreconocibles. En la primera mitad, el guardameta local, Manu García, tan solo tuvo que intervenir para desviar a córner un disparo de Zarzana que se envenenó tras impactar en un defensa. Con el descanso, se podría esperar que el filial hispalense recapacitaría y aprendería la lección, pero no fue así. Tan solo tres minutos pasaron de la reanudación cuando el Nou Estadi volvió a ponerse en pie.
Javi Díaz apareció raudo y veloz para sacarle el balón de los pies a Robert cuando estaba a punto de rematar un centro a boca de cañón. Sin embargo, el rechace cayó en posesión de Dani Romera. El ’11’ chutó ante la portería vacía, pero Juanmi se teletransportó para evitar que la pelota atravesara la línea de gol. 240 segundos más tarde, sería Édgar Hernández el que inquietaría al portero atlético con un testarazo demasiado centrado.
Estas dos ocasiones de gol zarandearon al filial de Nervión, que volvió en sus cauces. En el minuto 55, Nacho Quintana dispuso del primer disparo a puerta claro de la actuación sevillista, aunque Manu García no tuvo ningún problema para detenerlo. Instantes más tarde, una cabalgada por el flanco derecho de Juanlu culminó con un chute desde la frontal que el cancerbero consiguió parar hincando la rodilla. El peligro empezaba a asomarse.
Tensión
No podían quedarse de brazos cruzados. La entrada de Pablo Fernández y Javi Bonilla dio una bocanada de aire fresco a los jugadores del Nàstic, que no tardaron en volver a acechar la portería de un Javi Díaz en estado de gracia. No obstante, la polémica tampoco quiso perderse la fiesta. Corría el minuto 70 cuando Bonilla penetró al área y se encaró con el guardameta. Recortó para tener vía libre para anotar, pero, en ese momento, Díaz lo derribó sin llegar a tocar el balón. El colegiado indicó que no había infracción alguna en la jugada. Tampoco fue del agrado del público que tampoco se señalara penalti en el cuerpo a cuerpo entre Kimbaba y Romera que terminó con el andaluz por el juego.
El ambiente se caldeó en la recta final del encuentro. Tras una sucesión de ocasiones en ambas porterías, dio inicio un reguero de continuas faltas e interrupciones. El clímax de la tensión se alcanzó una vez superado el tiempo reglamentario. El esférico se perdió por la línea de banda, Quintanilla e Isaac lo fueron a buscar, pero el futbolista del filial sevillista empujó al central vasco. Esto dio inicio a una multitudinaria discusión en la que Peral, además de los dos instigadores, fue amonestado. Con esta victoria, el Nàstic vuelve a meterse en zona de playoffs de ascenso. Se irá a dormir quinto, con 58 puntos. Por su parte, el Sevilla Atlético cae hasta la decimoquinta posición, con 46 puntos, y deberá sudar sangre en la última jornada para consumar la permanencia.
Ficha técnica | |
---|---|
Nàstic de Tarragona: Manu García; Pol Domingo, Quintanilla, Marc Trilles (Aythami Artiles, min. 86), Joan Oriol; Robert Simón (Albarrán, min. 92), Ribelles, Pedro del Campo, Nil Jiménez (Bonilla, min. 65); Édgar Hernández (Pablo Fernández, min. 65) y Dani Romera (Becerra, min. 86). | |
Sevilla Atlético: Javi Díaz; Valentino, Juanmi García (Pedro Ortiz, min. 58), Kibamba, Juan María; Capi (Peral, min. 75), Lulo; Juanlu, Nacho Quintana (Carlos Álvarez, min. 75), Zarzana; (Diego Fernández, min. 75) Isaac. | |
Goles: 1-0, min. 5: Pol Domingo. | |
Árbitro: Iván Muñoz Pérez (Comité valenciano). Amonestó a Robert Simón (min. 16), Joan Oriol (min. 25), Quintanilla (min. 91) y Albarrán (min. 94) por parte del Nàstic y a Lulo (min. 43), Isaac (min. 79 y min. 91), Juan María (min. 87), Peral (min. 91) y Kibamba (min. 96) por el Sevilla Atlético. Expulsó por doble tarjeta amarilla a Isaac (min. 91). | |
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima séptima jornada de Primera División RFEF, disputado en el Nou Estadi Costa Daurada, Tarragona, ante la presencia de 13.222 espectadores. |