¡El Mallorca se queda en Primera!
Trabajada victoria para impedir el descenso tras la victoria del Cádiz ante un Osasuna que vivió su particular fiesta en la despedida de varias leyendas
La vida o la muerte para el Mallorca. Era la última jornada del campeonato y aunque jugaban fuera, el número de aficionados que se habían desplazado hasta Pamplona era bastante elevado, a lo que había que sumarle la condición del Osasuna, salvado hace jornadas y con el único aliciente de ganar para ascender hasta la novena posición para ganar así más por derechos televisivos.
Antes del pitido inicial del colegiado partían con una ventaja: Mallorca, Cádiz y Granada peleaban por una plaza para la salvación, y los isleños eran los únicos que dependían de sí mismos por su situación en la clasificación. De esta forma, hasta que no marcara ninguno de sus competidores la tensión, aunque elevada, era contentible.
En el partido el miedo a los errores marcó el juego, y las ocasiones aunque existentes, cayeron con cuenta gotas en la primera mitad. La primera la generó Manolo Reina, donde al tratar de encontrar a su compañero se la dio a Brasanac, con la fortuna de que este último no se la esperaba y no pudo rematar a gol.
Respondió el Mallorca, primero con un cabezazo de Muriqi y a continuación con una falta de Salva Sevilla que tuvo que repeler a córner Sergio Herrera.
Y justo cuando más parecía que podía comenzar a dominar el partido el más necesitado, comenzó un arreón de los locales en el que Manolo Reina se hizo grande para redimirse de su error anterior.
Llegaron así al descanso sin goles. Tampoco los había habido hasta entonces en los otros dos partidos.
La segunda mitad se pondría más de cara para el Mallorca, cuando en la primera jugada de la segunda parte, y firmaría definitivamente la salvación del equipo entrenado por Javier Aguirre.
La jugada la comenzaría Maffeo con un soberbio desmarque hacia dentro para descargar sobre los delanteros y que estos hilaran una pared: Ángel para Muriqi y Muriqi para Ángel para que este finalizara por debajo de las piernas del portero osasunista.
No sería plácido el final del choque y pudo ver portería el Osasuna por mediación de Budimir, que casi anota de tocón ante su ex equipo.
El Osasuna también vivía su propia fiesta con las despedidas de jugadores tan queridos como el mítico capitán Oier o la de Iñigo Martínez.
Fue entonces cuando la tensión volvió a subir momentáneamente con la noticia del gol del Cádiz, que supondría el descenso del Mallorca en caso de empatar el partido. No obstante, este sentimiento no duraría más que unos poco minutos, cuando un Grenier que acababa de entrar al partido batió al portero rival por segunda vez tras su paradón al remate de cabeza de Abdón Prats.
FICHA TÉCNICA