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Crónica de una muerte anunciado, el enésimo fracaso mancunian

Llega el final de temporada a Manchester y es momento de sacar conclusiones. Tras una ventana estival muy ilusionante, los diablos rojos iniciaban la campaña 2021/22 con la ilusión de volver a lo más alto del fútbol europeo. Clasificados para Champions, con fichajes de presente y futuro, la vuelta a casa del ‘hijo pródigo’… parecía el escenario idóneo para reescribir la historia. Nada más lejos de la realidad.

Los mancunians iniciaban la temporada con un elenco de jugadores de primer nivel que parecían llamados a pelear por todo. Sin embargo, al ambicioso plan de la propiedad le faltaba lo más importante para un equipo: el proyecto. Porque los equipos de ensueño quedan muy bien en los álbumes de cromos, pero es el campo quien debe dictar sentencia.

Falta de encaje de los nuevos fichajes

Tras las dudas que sembró el rendimiento de los centrales hace dos temporadas, el Manchester United decidió acudir al mercado para reforzar su eje de la zaga. Y encontró el refuerzo ‘perfecto’. Raphaël Varane, uno de los mejores defensores del último lustro, decidía abandonar el Real Madrid en busca de nuevos retos y recalaba en Inglaterra para formar pareja con Harry Maguire.

El francés empezó el curso ganándose el puesto de titular y justificando las expectativas que había generado su llegada. Sin embargo, cuando llegó el bajón de rendimiento del equipo, el francés no pudo aguantar la presión y acusó la falta de una figura jerarca a su lado.

Algo similar a lo que sucedió con Jadon Sancho. El inglés llegó como el líder del nuevo proyecto, el buque insignia alrededor del que volver a lo más alto. Un año después, podemos calificar de fracaso su temporada.

El ex del Dortmund no mostró en ningún momento las cualidades que abanderaron su llegada a Old Trafford. No queda ni rastro de ese futbolista eléctrico, desequilibrante y vertical que deslumbró en Alemania con la casaca negra y amarilla. Es un jugador joven, con un gran margen de mejora, pero hasta ahora no ha sido capaz de justificar ni uno solo de los 85 millones de euros que la directiva del Manchester United desembolsó por él.

Y así llegamos al que fue uno de los movimientos más sonoros de la pasada summeriana. La vuelta a casa. Cristiano Ronaldo volvía a vestir de rojo.

El luso ha anotado 30 goles y repartido 4 asistencias esta temporada. Unas cifras increíbles para un futbolista cuyo ocaso viene pronosticándose desde hace ya varias campañas. No obstante, sólo Cristiano ya no es suficiente. A sus 37 años, el luso no puede ser el jugador franquicia de un club que quiera aspirar a todo. Puede ser una gran alternativa ofensiva, pero, como es lógico, su movilidad y recursos son cada vez más reducidos y ya no puede capitanear todas las acciones de ataque de su equipo como hacía antaño.

Bajo rendimiento de la columna vertebral

Al mal papel de los nuevos activos del equipo se le sumó el pésimo nivel de algunos de los jugadores que estaban llamados a complementar el rendimiento de los actores principales. En los últimos años, el Manchester United había sumado a sus filas varios jugadores de nivel para formar un buen bloque medio, una buena base sobre la que construir. Este año, la base se vino abajo.

Empecemos por su capitán, Harry Maguire, que ha protagonizado una de las peores temporadas que se le recuerda a un central de ‘primer nivel’. El inglés, lejos de aportar seguridad a los suyos, parecía ser la principal baza ofensiva de los rivales. Errores en salida de balón, constantemente mal posicionado, lento en los movimientos, despistado en las coberturas… una temporada para el olvido.

En el centro del campo encontramos a Paul Pogba. El francés, que llegó varias temporadas atrás como uno de los mediocentros más dominadores del continente, ha estado toda la campaña desaparecido en combate. Entre las lesiones, su ínfimo rendimiento y los constantes rumores sobre su futuro, su impacto en el equipo ha sido nulo.

Seguimos avanzando filas y llegamos a la delantera. Marcus Rashford, la gran perla de los diablos rojos, el heredero de Cristiano… no queda nada de ese Rashford. El inglés ha promediado unas cifras muy pobres esta temporada, siendo relegado al banquillo en varios tramos de la competición por el joven Elanga, y parece haber perdido esa velocidad y explosividad que lo hacían letal.

Si a esto le sumamos el descenso del rendimiento de otros futbolistas como Bruno Fernandes, Edinson Cavani o Fred, es muy complicado formar una estructura de equipo lo suficientemente sólida para aguantar tantos meses de competición.

Sin modelo de juego, el gran reto de Ten Hag

Finalmente, llegamos al gran problema que ha condenado al Manchester United en los últimos años: el resultadismo en su estado más puro.

Los diablos rojos iniciaron la temporada 2021/22 con Solksjaer en el banquillo. El técnico noruego había sido muy cuestionado por el bajo rendimiento del equipo, que carecía por completo de un modelo o sistema de juego, pero siempre se salvó por los resultados. Es cierto que logró alcanzar la final de la Europa League y meter al equipo en Champions en su último final de temporada al frente del equipo, pero un fútbol basado en las individualidades es muy difícil de prolongar en el tiempo.

Tras la marcha del noruego, Ralf Rangnick aterrizó en el banquillo mancunian a mitad de temporada. Lo hizo con el cartel de entrenador temporal, solo hasta final de temporada, y efectivamente cumplió lo que se espera de un trabajador temporal. El paso del alemán por Old Trafford será recordado sin pena ni gloria.

Y así llegamos al momento actual. La designación de Erik Ten Hag como nuevo técnico contrasta de forma muy notoria con el plan que había seguido hasta ahora la dirección deportiva. El holandés, que viene de confeccionar uno de los mejores Ajax de los últimos años, se caracteriza por priorizar el colectivo por encima de las individualidades. Uno de los últimos exponentes del ‘fútbol total’ que ha forjado su carrera en los banquillos influido por las enseñanzas de Johan Cruyff.

Aún está por ver como encaja esta nueva propuesta en un club que necesita desesperadamente salir del pozo deportivo en el que lleva sumido la última década. Todo parece indicar que la designación del nuevo técnico aboga por un proyecto continuista, pero si los resultados no llegan los cimientos del Teatro de los Sueños no tardarán en tambalearse. El futuro está lleno de incógnitas, pero, al menos, parece que puede haber futuro.

Foto vía: larazon.es – Manchester United

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