Tranquilo. Así es como llegaba Racing al partido ante Agropecuario. La herida por la derrota ante River de Uruguay había empezado a cicatrizar, sobre todo después de la última victoria en el debut del torneo local ante Huracán.
En la previa todos se imaginaban una victoria de la academia, y no por menospreciar al sojero de Carlos Casares, si no por las calidades de ambos clubes. Lo imaginaba la gente que copó el estadio de Jujuy, la gente que lo vió por la tele y la gran mayoría de espectadores neutrales, tal era así, que ya se había empezado a especular con una revancha versus Boca.
El partido comenzó como todos pensaban, un Racing presionando, recuperando, moviendo la pelota y realmente superando a su rival. A los pocos minutos Javier Correa tuvo una jugada que se iba a repetir en loop durante casi toda la noche, porque el Cordobés apareció en el primer palo y conecto un cabezazo que se fue desviado por el segundo poste del arco.
A los 30 minutos, Tomas Chancalay ponía el 1 a 0 para la academia, con un bombazo seco y fuerte, imposible de parar para el arquero de Agropecuario.
Paradójicamente, ese momento sería el del derrumbe de Racing, aunque todavía nadie lo sabía. Porque la academia comenzó a relajarse, los volantes ya no presionaban con tanta intensidad como en el comienzo, el ataque era solamente incursiones individuales, los laterales no generaban peligro y los centrales defendían con mucho espacio a las espaldas, pero sin brindar la confianza necesaria.
Vale aclarar, que Fernando Gago se encontró con un plantel diezmado por las lesiones y tuvo que recurrir a jugadores que no venían teniendo muchos minutos en el equipo, como los casos de Fabricio Domínguez y Juan Cáceres.
El primer sopapo de la noche que iba a recibir la academia, se dió a los 43′ del primer tiempo, cuando un jugador del sojero tiró un pase a las espaldas del zaguero de Racing y Brian Blando se encargó de ganarle la espalda a Cáceres y sacar el zurdazo que empataba el partido.
En instantes posteriores llegó otra mala noticia para Racing, que fue la lesión de Carlos Alcaraz, lo que es una baja muy sensible para el conjunto de Avellaneda. Pero esta mala noticia no sería la última, porque Gago no apuró el ingreso de Jonathan Gomez y en el tiempo de adición, el mismo Blando le ganó la espalda a los centrales y puso el 2 a 1.
Así fue Racing, ingenuo y sobrador. Ingenuo porque en un ratito quedó abajo en el marcador con dos jugadas idénticas. Y sobrador porque ya desde el parado inicial del equipo había jugadores que casi no habían tenido minutos en el último tiempo con el agregado que la actitud con el equipo arriba en el marcador fue otra respecto al 0 a 0.
El segundo tiempo se dio como se tenía que dar, con Racing yendo a buscarlo y rebotando contra la muralla que propuso Agropecuario. Las entradas de Gómez y de Rojas le dieron cierto juego al equipo, la entrada de Copetti le dió presencia en el area, pero Racing no pudo, porque Correa estuvo empecinado en errar goles (un problema frecuente a lo largo de la temporada) y porque además el arquero Barlasina respondió cuando se le venía la noche a Agropecuario.
Habrá que ver que pasa con Racing, que para esta temporada solo podrá competir en el campeonato local.
Habrá que ver que pasa con los refuerzos, como responderán los jugadores y el técnico ante este nuevo cachetazo.
Por su parte, el sojero está dulce después de este batacazo, y en Carlos Casares aseguran, que a Boca, no le tienen miedo en octavos.
Foto: Racing Club