Como viene siendo habitual, las redes sociales son un nido de discusiones, debates e intercambio de opiniones. En el panorama deportivo balear, el RCD Mallorca es el foco de atención. Esta vez, la mirada está puesta en los despachos y se aleja del terreno de juego, pero sin dejar de mirar al verde.
El mercado de fichajes está en el orden del día y a pesar de las renovaciones de Maffeo y Grenier, el aficionado bermellón pide algo más. Así pues, la figura de Vedat Muriqi gana en trascendencia. El kosovar fue clave en la consecución de la permanencia en La Liga Santander. Cinco goles y tres asistencias avalan sus cinco meses como bermellón. Sin embargo, el problema aparece cuando la Lazio, propietaria de sus derechos, no quiere perder más del 60% de su inversión. El club de la capital romana no puede permitirse perder 12 millones de euros en esta operación y el Mallorca tan solo ofrece 8. Recordemos que desembolsaron 20 millones al Fenerbahçe para hacerse con sus servicios.
Aquí el dilema: bueno por conocer o malo conocido. Editando un poco el refrán porque Muriqi salió muy bien, pero el contenido no cambia. Pablo Ortells sabe que el kosovar es la pieza que necesita para que el equipo funcione, Aguirre le quiere y el “7” desea quedarse en la isla, pero surgen problemas que no se pueden afrontar actualmente. La Lazio pide 11 millones de euros, mínimo y el Mallorca no puede asumir esas cifras porque necesita rehacer un equipo que ha visto cómo piezas importantes se van marchando. Salva Sevilla, Reina u Oliván han salido de la isla y desde la Dirección Deportiva tienen que encontrar jugadores de un perfil titular. Con el desembolso de 11 millones por un jugador, la planificación quedaría condicionada y limitaría los movimientos futuros.
De hecho, el Mallorca ya se mueve buscando alternativas a Muriqi. Lucas Alario o Salomón Rondón son los nombres que maneja Ortells para poder sustituir a la figura kosovar en caso de que no aterrice en Son Moix de nuevo.