Es más que de sobra conocido que el Atlético de Madrid debe fichar un lateral derecho en este mercado. Un buen lateral derecho que haga olvidar a Simeone el dolor de cabeza que ha tenido en los últimos tiempos con ese puesto y peor aún cuando Trippier dejó el club para volver a su país, aumentando la sensación de vacío para el Cholo.
También es muy conocido que si ese lateral no llega, el recurso del técnico argentino es utilizar a Marcos Llorente en el carril. El madrileño nunca ha protestado por jugar en ese puesto, donde ha intentado rendir lo mejor posible, pero ahora la situación es distinta. Y lo es porque Qatar 2022 está en el horizonte y el jugador sabe que si no juega en el centro del campo podría caerse de la lista; ya que en el carril Luis Enrique tiene a Carvajal y Azpilicueta como inamovibles.
De ahí que ambos estén implorando la llegada de un lateral derecho. La primera opción sigue siendo Nahuel Molina, de Udinese. Es un fichaje asequible económicamente y el jugador bebe los vientos por poder jugar en el Metropolitano. Pero las fichas de extracomunitario son un gravísimo problema ahora mismo para ese fichaje. Actualmente el club tiene cinco extracomunitarios y el tope es de cuatro.
Con Cunha y Felipe fijos -aunque el central podría obtener pasaporte español en pocas semanas- quedan dos plazas y el Atlético tiene a Arias, Nehuén Pérez y Samuel Lino. Los dos primeros se espera que salgan, mientras que el joven extremo está por ver si se queda o no este curso. Esas salidas darían solución al problema. Pero mientras eso no ocurra, el Atlético no puede arriesgarse a fichar a Nahuel Molina sin encarrilar esas salidas. Por lo que pueda pasar.