El Nottingham Forest ascendió a la máxima categoría del fútbol británico de forma épica, como cuarto (4o) clasificado en la liga regular, sometido a los playoffs de ascenso y siendo el último ascendido de la EFL Championship. Con un equipo cuyo valor de mercado era menor al de los demás competidores de la parte alta de la tabla, levantado por su extraordinario estratega, Steve Cooper, y sus jugadores más destacados, principalmente Brennan Johnson y Djed Spence.
Los Tricky Trees claramente echaban en falta una figura estelar que rompiera los estándares del equipo, y para ello, han saltado al mercado con una enorme apuesta: Jesse Lingard. Desde la agencia libre, el mediocampista/atacante inglés vió por fin la posibilidad de irrumpir como un futbolista diferencial fuera de Manchester, donde nunca pudo explotar el gran talento cohibido que posee en sus pies, así que llega al Nottingham Forest como esta figura que el club tanto buscaba.
Sin embargo, es un movimiento con mucho margen de riesgo, aunque no cabe duda de que Lingard cuenta con el nivel necesario para ser un competidor determinante, eso solo ha sido visto en un contexto que le favorecía en su totalidad, pues sus seis meses cedido en 2021 en el West Ham fueron la demostración perfecta de todo el juego que puede exprimir un técnico en Jesse, y ahora Steve Cooper debe replicar esta tarea no solo para encontrar el encaje que necesita, sino para justificar asumir las grandes pretensiones económicas del futbolista.
Jesse Lingard siempre fue una bala segura para los equipos de la Premier League, pero el mismo jugador colocaba una traba que condicionaba su posible fichaje, y en esta ocasión, condiciona la rentabilidad de su incorporación. Según informan medios como The Atlhetic o The Guardian desde Inglaterra, el volante solicitaba un salario magno para concretar su operación, una cifra que ronda las 200.000£ por semana, siendo sin duda alguna el mejor pagado del club.
Y allí es donde llega la incertidumbre, porque con esas altas aspiraciones por parte del jugador, la expectativa aumenta exponencialmente por parte de la afición y la directiva, por lo que a Lingard no le puede quedar grande el puesto de “pieza angular” de su nuevo equipo, y tiene en ello una gran responsabilidad por manejar.
Foto: Nottingham Forest web
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